Con o sin amor
Aceptar el impulso y la satisfacción, aunque sea de forma pasajera, es básico si queremos sentirnos verdaderamente vivos. Lacan decía: “Hay que atreverse a vivir la pulsión”. ¿Significa eso que la pasión física no es realmente nada más que eso, algo físico? No necesariamente. Muchas veces la pasión va unida al enamoramiento o la amistad y puede acabar desembocando en un amor profundo. Otras, permanece en el ámbito de lo físico, sin por ello menoscabar su poder transformador. “He vivido pasiones encendidas con varias chicas –explica Miguel, 42 años -. En cuanto nos veíamos hacíamos el amor, a veces incluso en tres minutos, en los servicios en un restaurante. Sentíamos la necesidad de hacerlo con una fuerza inimaginable. Pasábamos noches enteras practicando sexo, descansando y volviendo a empezar. Pero, fuera de la sexualidad, no tenía ganas de compartir nada más con ellas. Estaba encantando de reencontrarme de nuevo con mis amigos, algunos de los cuales son precisamente mujeres. Pero a ellas no las deseo.”
Suele ocurrir que esas historias que empiezan con una inversión sexual elevada abren, a continuación, otras puertas. “Cuando empecé a salir con Pablo sentía mucha vergüenza –explica Marta, 25 años -. Representaba todo lo que yo detestaba. No era especialmente guapo y hacía bromas pesadas. Sin embargo, en cuanto hicimos por primera vez el amor, sentí cómo se producía un clic. Estaba fascinada por su piel, me encantaba recorrer todos los rincones de su cuerpo. Con él he descubierto que podía tener varios orgasmos seguidos. A pesar de ello, lo dejé varias veces porque no estaba enamorada. Pero lo echaba tanto de menos que me dije a mi misma que era una idiota se dejaba pasar una armonía física tan fuerte. Poco a poco lo introduje en mi vida, y él a mí en la suya. Hace seis meses que vivimos juntos.”
Alargar la embriaguez
El amor no nace forzosamente en el seno de una relación en la que la sexualidad es fantástica. También podemos amar profundamente sin que los cuerpos encuentren la armonía. Muchas veces la relación sexual con la persona de la que estamos enamorados acaba siendo insatisfactoria para ambas partes porque nos da miedo el componente de entrega que implica la sexualidad cuando estamos enamorados, o porque queremos impresionar tanto a nuestro compañero o compañera que nos olvidamos de nuestro propio placer. Un problema que lleva a muchas parejas a las consultas de los sexólogos, conscientes de que la pasión es también un elemento fundamental para alargar una relación.
“Mantener la pasión es importante para conservar la pareja –indica Xavier Conesa -. Hay estudios que dicen que la pasión dura un tiempo determinado por motivos biológicos-evolutivos, pues la intensidad de la unión entre hombre y mujer, en el caso de la pareja heterosexual, garantiza que esa unión durará el tiempo necesario para empezar a criar a los hijos.
Pero pasado ese período, ¿puede la pareja hacer algo para mantener la pasión? Todo ese componente sexual afectivo emocional se tiene que regar, se tiene que potenciar. No hacer nada o dejarnos llevar, va contra la pasión. Usar la imaginación y buscar novedades en la pareja potenciará el tema pasional.”
Ya que no siempre es fácil transformar a nuestro compañero de vida en la pareja sexual ideal, tal vez no sea mala opción aprovechar la oportunidad de vivir una pasión física, que nos ofrece la posibilidad de profundizar en nosotros mismos, mejorar nuestra autoestima y conectarnos con el impulso de vivir.
NÚRIA BERLANGA