Carta a mi esposa
Isabel:
Te escribo estas líneas por que tengo la necesidad de hacerlo, ya sabes que a mí me cuesta mucho trabajo escribir lo que siento, ese don lo tienes tú, sin embargo lo intentaré.
Llegué a tu vida en un momento difícil para ti, cuando tu más necesitabas de alguien que te amara, te comprendiera y te llenara de ternura, pero a pesar de que disfrutaba tu compañía, no creí que fuera yo el indicado para ser tu compañero, sin embargo tu tenías otros planes.
Pasó el tiempo y empecé a conocerte más y más, éramos los mejores amigos, ¿recuerdas?, a todos lados íbamos juntos, donde estaba Isabel, ahí estaba Cele y viceversa, llegó un momento en el que ya no pude separarme de ti, me hiciste tuyo en toda la extensión de la palabra, fuiste mi primera vez, a partir de ese momento seguiríamos juntos siempre, como las vías del tren.
Pasó el tiempo y aprendí muchas cosas de ti, tu entrega, tu coraje, tu ternura, tus ganas de vivir, ese don maravilloso de ser madre, el apoyo incondicional que me diste en todo momento, en fin, no sé de donde sacas tanta fuerza para darte a los demás, sobre todo a mi que a veces creo no merecerlo, pero como todo, llega el momento de hacer un alto en el camino para mirar atrás, ver lo que has significado en mi vida y sobre todo para decirte: GRACIAS.
Ahora, sé que necesitas de mi apoyo, de mi consuelo, de unos brazos que te acurruquen y sentirte amada, de una palabra de aliento para que sigas adelante, para que pienses que en la vida hay momentos que parece no resolverse nada pero que al final del túnel, está la luz de un nuevo día lleno de esperanza, de cosas maravillosas para vivirlas juntos, tu y yo.
Isabel: Es maravilloso vivir a tu lado compartiendo dichas y alegrías, problemas y sinsabores, quiero que sepas que a tu lado estaré siempre que me necesites, eres una mujer muy valiosa y se que saldrás adelante por que estas hecha de un material diferente, yo te amo con un amor diferente, un amor madurado por los años, te amo por lo que eres y por lo que has traído a mi vida, por que te admiro y respeto, por que cada vez que estamos separados ansío volver a verte, por favor en estos momentos apóyate en mí, que yo sabré consolarte cuando lloras, festejarte cuando aciertes, aconsejarte cuando lo necesites, seguir juntos como las vías del tren y sobre todo... amarte eternamente.
Siempre Tuyo:
(No la pude escribir esta carta, no pude… se rompió en mil pedazos mis ilusiones, y hoy… pues hoy sólo recordar lo que pude ser, asfixiando todas las penas ocultas. ¿Qué quedó de todas las palabras dichas? ¿Qué de los abrazos tan expresivos? ¿Qué de los besos que nos dimos? Y de todo aquello que me guardo. Me queda el lamento desde lo más profundo de mi alma la herida que causó la despedida. Quisiera más no puedo llorar en contra mía, ni hacerlo en su nombre con orgullo. Que Dios la ayude y la bendiga, y que amanse mi furia y poder abrir mi silencio, soportar las críticas, que fueron duras, y poder por momento seguir viviendo.)
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