LA FE MUEVE MONTAÑAS
Ya conocéis la expresión «tener una fe
que mueve montañas
Esta expresión ha pasado ahora a ser utilizada
en el lenguaje corriente y muchos la utilizan
sin saber que tiene su origen en
ese pasaje de los Evangelios donde Jesús dice:
«Si tuviérais una fe tan grande
como la de un grano de mostaza, podríais decir a
esta montaña: Muévete, y ella se movería.»
¿Jesús pensó verdaderamente
que los humanos podrían cambiar
las montañas de sitio?
No, porque están ahí donde la naturaleza,
con su sabiduría, las ha puesto.
Entonces, ¿cuáles son estas
montañas de las que habla Jesús?
Unas montañas situadas en el
intelecto, el corazón
y la voluntad de los humanos,
montañas de
oscuridad, de egoísmo y de pereza.
Son éstas las que deben ser desplazadas.
Y ello sólo es posible con una fe inquebrantable.
¿Acaso Jesús en Palestina movió montañas?
No, no se ocupaba de
esta clase de cosas. Y sin embargo
desplazó montañas, reinos y
continentes enteros en la cabeza
y el corazón de los humanos."
d/a