GENERACIÓN NARCISO
Con el ego
por las nubes
y 2ª parte
Mal entendida y peor aplicada, la lucha contra la baja autoestima se ha dirigido en ocasiones a convencer a niños y jóvenes de que todos valen muchísimo para todo, creando la generación más narcisista y peor preparada para la frustración de la historia, la Generación Yo.
Distorsión de la realidad
Desgraciadamente, este encuentro con la realidad nos lleva habitualmente en este tipo de sujetos a una reevaluación de las propias dotes. "Siguen creyendo que el entorno es injusto con ellos -añade Aguilar-. cuando lo que tienen que aprender es que deben esforzarse más, luchar por aquello que desean, y sentirse orgullosos de sus logros".
A menudo, la respuesta a una frustración que no se sabe digerir es la violencia. Hay psicólogos que atribuyen el aumento de la violencia a esta forma de educar; solo con que le diga a un chaval "esto que estás haciendo no está bien", el niño puede reaccionar agrediendo al profesor", comenta la psicóloga Coks Feenstra. "En el ámbito del trabajo hay etapas en las que quizás tengamos que realizar trabajos que no nos gustan tanto -añade Coks Feenstra-. Y esto produce un especial malestar entre los jóvenes porque no tienen la perseverancia para aguantar hasta que lleguen tiempos mejores". Acostumbrados a continuos elogios para "afianzar su autoestima", muchos de estos jóvenes se derrumban ante la menor crítica recibida.
La frustración, que ha sido la bestia negra en la interpretación popular de la escuela basada en la autoestima, no solo es inevitable, sino que incluso puede ser saludable, recuerda el doctor en Psicología Carlos Rodríguez Sutil. "La frustración provoca trauma -reconoce Rodríguez Sutil-. Pero la ausencia de frustración produce personas endiosadas, que no admiten ninguna limitación, que responden creyéndose con derecho a todo, responde con violencia. Y ese tipo de educación se está mostrando muchísimo en los centros educativos: son muchachos sin capacidad del límite".
La solución no es fácil. Numerosos expertos se quejan de que la profesión está todavía digiriendo las últimas técnicas para combatir la baja autoestima y aún no se ha desarrollado una respuesta adecuada al nuevo problema del narcisismo generalizado o inducido. Coks Feenstra admite que, "en este momento, el Psicología estamos dando los primeros pasos en el estudio de este fenómeno, observado lo que sucede", y aventura que quizás el medio esté en recuperar algo de lo anterior, de las fórmulas educativas que se consideraron desfasadas hace unas décadas, para corregir los excesos del nuevo culto a la autoestima.
Peralbo ofrece algunas claves para evitar los riesgos de que un refuerzo de la autoestima mal enfocada pueda llevar al narcisismo y, con él, a una intolerencia a la frustración. Para empezar, los padres han de "alejarse de la idea de tener éxito, del tipo que sea, es equivalente necesariamente a alta autoestima". Si esto no está claro, insiste el psicólogo Ángel Peralbo, lo que pueden transmitir es que, si no se consigue esa meta, la valía personal es menor. Hay que intentar que aprendan a sentirse bien con el éxito ajeno, evitar hacer comparaciones con otros niños, pues de lo contrario se corre el riesgo de fomentar sentimientos como celos y rivalidad.
MERCEDES PELÁEZ
Final
Cele. -Celestino-
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