No abras esa puerta.
"Un día cualquiera, una señora se afanaba en limpiar su cocina pero ésta siempre tenía cantidad de moscas, de esas grandes de las que incluso se puede escuchar su molesto vuelo. Ante esa escena tan sucia y vergonzosa, la señora decidió limpiar exhaustivamente su cocina. Compró los mejores productos de limpieza y hasta fumigó el lugar, para que al terminar y luego de un rato, volvieran las moscas a la cocina. La señora se molestó por la mala calidad de los productos de limpieza y fue con su marido a pedirle que fueran a quejarse a la fábrica de los mismos. Su marido al bajar y ver la cocina recién fumigada y limpia, pero otra vez llena de moscas, volteó y encontró la razón del porqué volvían una y otra vez las sucias moscas: la puerta de atrás se mantenía abierta, una puerta que daba hacia el basurero. Cerraron la puerta, y se acabó la plaga".
Mucho del mal que pueda llegar a ti, es porque tú mismo abres una puerta que deberías haber cerrado por siempre.
D/A
La alegría de vivir no la tienes que pedir, solo tienes que sentirla dentro de tu corazón.
Que la alegría de vivir sea un estimulante del corazón contra y abatimiento y la tristeza.
Y esa alegría de vivir tú la puedes compartir.
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