Centenares de sudafricanos acudieron en la madrugada de hoy hasta la residencia de Nelson Mandela en Houghton (Johannesburgo) tras escuchar en la radio y la televisión pública la noticia de su muerte. Cantando el himno sudafricano y canciones tradicionales de la lucha contra el apartheid, ciudadanos de todas las razas mostraron su pesar por la muerte del primer presidente negro del país tras el desmantelamiento del régimen racial del apartheid.
«Es un día de emociones encontradas. Estamos contentos porque ya no va a sufrir más, y tristes por perder a un hombre como él», afirmó Gramble Salmon, un sudafricano blanco que acudió hasta las puertas de la casa del exmandatario.
Compraron flores en una gasolinera mientras conducían de regerso a casa, y se encaminaron hacia la residencia de Mandela para mostrar su duelo. Otras personas, como Deisy Ngonashge, trajeron unas flores por encargo de su madre. «Hoy justo vi su película. Cuando me enteré me entristecí mucho, pero ahora está en un lugar mejor».
«Ahora es cuando los sudafricanos debemos estar unidos, y continuar su mensaje y su obra», afirmó a ABC la joven sudafricana. «Para nosotros Mandela es libertad, igualdad, es una leyenda. Es Jesucristo para nosotros». El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, afirmó en la televisión pública que Mandela se marchó «en paz». «Nuestro país ha perdido a su hijo más grandioso», aseguró el jefe de Estado.
Tras su larga convalecencia, la muerte de Nelson Mandela no sorprende a los sudafricanos. Estaban preparados para ello, pero la noticia sin embargo ha conmocionado a un país que aún se mira en él para elegir su destino. Con velas, flores y banderas de Sudáfrica, los ciudadanos cantaron durante horas envueltos en un fuerte dispositivo policial, mientras varios coches con familiares y miembros del Gobierno entraban a la casa para presentar sus condolencias.
Está previsto que los restos de Nelson Mandela sean trasladados en las próximas horas a un tanatorio. A la hora del cierre de esta edición, aún no habían trascendido las causas de su la muerte del exmandatario, que había sido hospitalizado en junio por una infección respiratoria.