El fruto no se te da al paso, tienes que abonar y regar.
Los pozos no se llenan solos, tienes que calar hondo, buscar el agua, ver lo que les cabe … y sentarte a la sombra.
Los frutos no llegan por arte de magia, tienen que darles el sol, el agua el aire, tierra.
Tienes que cuidarles la semilla, espantar los pájaros, madurar la cáscara y luego probar si están a punto para dar sabor a la vida … y hacer jugoso el mundo.
Como ves, se te da todo, pero en materia prima.
Lo elaborado y valioso lo tienes que hacer tú.