Estimadas
amigas. Hasta ahora mismo no he
visto vuestra felicitación.
Perdonarme
por no haberlo hecho antes.
Efectivamente,
me ha causado una gratísima alegría vuestros mensajes.
El
día 17 estuve con mis hijas, nietos y nietas que, junto a vosotras, componen mi
familia; unos cercas y otras lejos, pero siempre en el corazón, que ahí no
hay distancia, y eso que mi corazón es grande... más el calor de mis hijas
( y siempre el recuerdo de mi hijo Germán, que aunque sé que Dios lo
tiene consigo, siempre lo estoy esperando) y vuestra sincera amistad y el
cariño que me demostráis, me siento suficientemente recompensado, que nunca podré pagarles todo el bien que me dais. Las palabras son insuficientes para poder expresaros mi sincero agradecimiento. Por eso, vayan estas flores que os mando, para que sirvan de discurso de todo lo que quisieras deciros y agradeceros.
Un beso con todo cariño para vosotras, mis amigas, y os deseos muchas felicidades para vosotras y vuestras familias, y que el Dios de cada uno, nos bendiga y nos de paz y libertad.
Vuestro amigo Celestino.
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