Las relaciones sociales han sido objeto de estudio desde la antigüedad hasta ahora y los filósofos (especialmente algunos, como Arthur Schopenhauer, gran especialista en la materia) no han dejado de preguntarse sobre las dificultades de la convivencia. Sin duda, es imposible gustar a todos, como lo es también que nos guste todo el mundo. Pero a veces, nos encontramos incomprendidos, a disgusto con nuestro entorno y no sabemos por qué. En ocasiones, dudamos de si nuestro comportamiento está siendo demasiado sumiso, impaciente o rígido; es posible también que estemos pidiendo demasiado a los demás o, tal vez, demasiado poco.
Para comprender y mejorar las relaciones interpersonales hemos pedido a dos expertos que nos ayuden a entender las máximas de algunos de los pensadores más reconocido. Ellos son Mónica Rodríguez-Zafra, profesora de Psichología, y Enrique García Huarte, director de Quality Psicólogos.
Séneca
Tener autoestima
Para el filósofo español perteneciente a la corriente del estoicismo, es fundamental tener criterios y valores interiores fuertemente asentados; de ahí su sentencia: "Importa mucho más lo que tú pienses de ti mismo que lo que otros opinen de ti". El psicólogo Enrique García Huete lo explica: "La importancia de "mi autonomía" y "mi bien concreto" aparecen en personas equilibradas y objetivas, capaces de reconocer sus puntos fuertes y débiles, con cierta independencia de la opinión externa (aunque la consideran)". Cuando una persona tiene autoestima es capaz de valorar las opiniones de los demás sin dejarse arrastrar por ellas, su criterio es firme y se comporta de forma asertiva; es decir, es capaz de decir "no", pedir favores, aceptar los halagos y críticas. García Huete define la asertividad como "la capacidad de interactuar con otras personas consiguiendo mis objetivos y teniendo en cuenta los del otro". Un comportamiento asertivo hace más fácil establecer relaciones sinceras.
Nietzsche
Tener sentido del humor y rodearse de quienes lo tienen.
Nietzsche es uno de los pensadores más significativos de la modernidad. Su filosofía, influenciada por los clásicos y Schopenhauer, defendía la necesidad de crear nuevos valores. El sentido del humor era uno de ellos. "La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar", decía. García Huete comparte su filosofía: "Ver la parte divertida, tomar distancias de las cosas, permite que nos riamos de situaciones que quizá no tendrían gracia y mejora nuestra disposición a la hora de buscar soluciones". Además, "verse ( y ver a los demás), con la indulgencia y benevolencia que otorga el humor sano, denota sabiduría de corazón", añade Mónica Rodríguez-Zafra. Es cierto que no es posible hacer un chiste de todo lo que nos pasa en la vida, pero sí hay muchas cosas que pueden dejar de hacernos sufrir con sólo cambiar el enfoque.
Ortega y Gasset
Comprender al otro
"Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo",defendía este filósofo madrileño para quien la importancia de las circunstancias marcaba su pensamiento. "Sentirse humana y profundamente escuchado es una de las cosas que produce más alivio interior", comenta Rodríguez-Zafra. Todos hemos sentido el consuelo de una mirada de comprensión que transmite que el otro ha reconocido qué nos pasa. Cuando coincidimos con una persona que nos mira a la cara cuando habla, que hace gestos que escucha o comentarios sobre lo que contamos nos sentimos bien. Seamos ese tipo de persona para los otros. Aunque, aclara García Huete, "comprender al otro no significa estar de acuerdo con él".
(Sigue)