EL SOL, NUESTRO BIENESTAR
Y NUESTRA SALUD
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La luz solar desempeña una función crucial en la salud
y el bienestar del hombre. Desencadena un aumento
de la producción de serotonina, que influye en cómo
nos sentimos. Una escasa exposición a la luz del Sol,
además de acrecentar el riesgo de sufrir un déficit de
vitamina D, tiene un efecto negativo en nuestro estado
de ánimo. Esto se aprecia en las variaciones estacionales
de las manifestaciones psiquiátricas relacionadas con la
exposición a más o menos horas de luz solar, en especial
el estado de ánimo y la ansiedad, así como el suicidio.
La sobreexposición a la luz solar es perjudicial para
la piel, los ojos y el sistema inmunitario.
Los expertos
consideran que podrían prevenirse cuatro de cada
cinco casos de cáncer de piel si se tomaran las medi-
das adecuadas para protegerse de las quemaduras
causadas por la radiación ultravioleta UV del Sol.
Todos sabemos lo bien que sienta la luz del sol;
eso se debe a que la exposición al sol mejora nuestro estado
de ánimo al aumentar la liberación en el cerebro de una hormona
llamada serotonina, que también te ayuda a sentirte tranquilo y concentrado.
La luz solar puede mejorar nuestro estado de ánimo,
disminuir la presión arterial, fortalecer nuestros huesos,
músculos e incluso nuestro sistema inmunológico.
Cuando la luz del sol acaricia nuestra piel, el cuerpo la absorbe
y la convierte en este poderoso nutriente.
No es de extrañar que durante los largos meses de invierno en el
hemisferio norte, cuando hay menos luz solar, muchas personas sufran
de trastorno afectivo estacional (TAE), un tipo de depresión resultante
de los bajos niveles de serotonina.
Los estudios muestran que tenemos niveles más altos de serotonina
en la sangre en los días despejados en comparación
con los días nublados y grises.
Además, hay investigaciones que sugieren que la luz solar directa
puede hacer que las células de la piel produzcan endorfinas,
que también crean una sensación de bienestar.