crecer como pareja
Reaprender a hablarse
Hay momentos en que las palabras sobran, hay parejas que se entienden con sólo mirarse a los ojos o con un simple gesto, pero también hay silencios que se convierten en malentendidos y que acaban en discusiones e incluso rupturas. Por eso, aprender a comunicarse ayudará a recuperar la relación.
Hoy en día la comunicación se ha convertido en una de las grandes preocupaciones de las parejas. Basta, para convencerse, recorrer las estanterías de las librerías que se llenan de manuales destinados a las parejas con problemas de diálogo.
La comunicación, nueva ideología de las relaciones, tiene, así pues, sus propias biblias. Y también tiene sus mandamientos, como la convicción profunda del hombres y mujeres no hablan el mismo lenguaje. Algo que, como indica Diego Cazzaniga, psicólogo especialista en terapia sexual y de pareja, no es exactamente falso, y aunque "no existe ninguna razón de carácter pseudogenético que lo propicie, el caldo de cultivo del género en nuestra cultura (que poco a poco vamos minimizando) ha creado algunas diferencias en la forma de expresarnos. Estas diferencias no están motivadas por aspectos genéticos, sino por roles socioculturales".
El sexo de la palabra
Durante siglos la tradicional separación entre la esfera pública y la privada, la primera eminentemente masculina y la segunda básicamente femenina, ha propiciado formas distintas de comunicarse para hombres y mujeres.
Como explica Cazzaniga: "El hombre tendía mucho más a un lenguaje laboral, un idioma que nace de la competitividad, no de las emociones, cun una estructura comunicativa del tipo: problema-solución. Si no hay solución, normalmente, los hombres deciden olvidar el tema. Esta es la forma de pensar típicamente masculina. Si no se va a tener una conversación útil, ¿para qué tenerla? Un lenguaje excesivamente racionalizador. Las mujeres, sin embargo, han tenido otro tipo de lenguaje, uno que se podría catalogar como doméstico, con un formato distinto al masculino. En lugar de la estructura problema-solución, sería problema-problema-problema, en el sentido de quer el problema actúa como una manera de expresar las emociones. No pidiendo que les soluciones el problema sino que te limites a estar. Las mujeres necesitan sentir que las escuchan y percibir que el otro es empático con ellas".
Así pues, los hombres se comunican con fines más prácticos y tienen mayor dificultad para la comunicación emotiva, mientras que las mujeres suelen propiciar la comunicación más emocional. como explica María Sánchez Jiménez, psicóloga: "En los hombres, la comunicación acostumbra a ser mucho más práctica y racional y menos emotiva. Además, tienden a limitar cualquier comunicación que implique emociones blandas, como la necesidad de ayuda o afecto, la tristeza, el miedo o la impotencia, a favor de las emociones duras, como el enfado o la hostilidad. En las mujeres acostumbra a ser más emocional, más empática, y aparecen con más frecuencia las emociones de vulnerabilidad, en detrimento de la hostilidad explícita, que puede aparecer de forms indirecta".
Cómo discutir
A la hora de establecer un diálogo de pareja es importante evitar aquellos comportamientos verbales que puedan dañar al otro. No es que existan ciertas palabras prohibidas, pero sí cierto tipo de actitudes que es preferible evitar. Como explica Diego Cazzaniga: "Para no poner trabas a la comunicación se debe tener claro en qué situación puntual estás para tener pistas del contexto y manejarte de acuerdo con él; evitar mensajes del tipo "deberias hacer"; o generalizaciones como "tú siempre"; evitar discutir sobre temas pasados irresolubles, pues sólo perpetuamos el desencanto; evitar usar etiquetas o juzgar lo que el otro te dice; evitar hacer interpretaciones de tipo psicológicos: "claro, es que como a ti te educaron así": conviene escuchar lo que te están diciendo evitando proyectar demasiadas cosas tuyas en la comunicación; evitar lo que suele llamarse mensajes "tú": "es que tú", "porque tú"... Este tipo de frases llevan aparejadas, aunque sea de manera implícita, amenazas y exigencias. Conviene incluir en el diálogo mensajes "yo", donde uno expresa lo que conoce, su punto de vista".
Intentar que la comunicación sea constructiva y no una ristra de quejas y reproches hará que el otro sea más receptivo a lo que queremos expresarle y facilitará el verdadero entendimiento. Como explica la psicóloga María Sánchez Jiménez: "Hay que evitar el rechazo a las opiniones e intereses del otro.En resumen, el no reconocimiento de su diferencia".
Lo que callamos
Abstenerse a decirle por amor que ha engordado, que es demasiado emotivo o quizás no demasiado sutil para nuestro gusto es proteger su narcisismo. Pero, a veces, es una pena no atreverse a decir también más a menudo "Confío en ti" o "Te pido perdón".
Tu propio espacio
Muchas veces hemos escuchado decir que no hay que tener secretos con tu pareja, pero nadie duda de que todos necesitamos también ciertos espacios de privacidad. como explica la psicóloga: "No podemos ser un libro abierto. Todos debemos y podemos tener secretos. En todo caso, estos espacios de privacidad siempre se puede negociar para no sentirnos culpables". ¿Cuáles son los límites? En opinión de Cazzaniga: "La sinceridad será más importante si lo es en el marco de acuerdo que establezca la pareja. Hay parejas que toman la sinceridad como un valor moral absoluto, sin embargo, otras optan por el respeto mutuo, por la ética en las relaciones amorosas, entendiendo, como dice Sabinam que "en historias de dos conviene a veces mentir, que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor". Es decir, hay mentiras piadosas y verdades como puños. Hay que tener en cuenta la flexibilidad como criterio para plantear acuerdos y límites. Desde una ética de amor compartido, desde un consentimiento y decisión libres, entre iguales, desde una corresponsabilidad en los afectos de uno y otro vamos a garantizar esa lealtad básica de no dañar emocionalmente al otro, de conocer sus sentimientos y evitar golpearlos innecesariamente".
PSYCHOLOGIES
Cele -Celestino-
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