¿De dónde surge el término «sobrecogedores» para referirse a los que reciben sobres con dinero negro?
En las últimas semanas, y más desde que se han hecho públicos los datos en relación al “caso Bárcenas” y el reparto de sobres con dinero negro por parte del ex tesorero del Partido Popular, se ha puesto muy de moda el término «sobrecogedores»para referirse a todos esos personajes que se han dedicado a recibir sobres conteniendo en su interior unos cuantos billetes.
Pero esta palabra, que para muchos era sinónimo de un acto estremecedor o que hace sobresaltar el ánimo de alguien, ya se utilizaba hace un par de siglos para darle una connotación muy parecida a la que actualmente se le vuelve a dar: el que recibe (a escondidas) un sobre con dinero.
Su origen proviene del siglo XIX, cuando los críticos taurinos antes de cada corrida recibían por parte del apoderado (en algunas ocasiones del propio torero) un pago previo a la crítica que debía aparecer al día siguiente sobre la faena realizada por el diestro. Estos periodistas encargados de escribir sobre toreo y que recibían esta ‘gratificación’ fueron bautizados como «sobrecogedores».
También se hizo famoso algún que otro crítico teatral de mediados del siglo XX por realizar esta misma práctica a la hora de escribir sus artículos sobre los estrenos teatrales.
Como apunte curioso, y tal y como se puede encontrar en la página 184 del libro “Paco Rabal: aquí, un amigo” (biografía del extraordinario actor de Águilas, escrito por Juan Ignacio García Garzón), hace mención a la película “A las cinco de la tarde” (1961), dirigida por Juan Antonio Bardem y ambientada en el lado más oscuro del mundo taurino, apareciendo en ella los «críticos sobrecogedores», el propio Rabal relata el episodio vivido tras el rodaje de una escena en la que, el torero interpretado por él, hacía entrega de unos sobres con dinero a periodistas que habían ido a cubrir la corrida. Esta escena tuvo que ser autocensurada y no aparecer finalmente, tras la queja del colectivo de críticos taurinos y, sobre todo, la presión ejercida por Ignacio de Montes Jovellar, crítico de cine y persona muy afín al régimen franquista, quien presionó a la productora del film, Metro Goldwyn Mayer, para que fuese retirada toda esa escena o por el contrario se realizaría una feroz campaña desde la prensa en contra de la película.
Alfred López
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