En algún lugar, en algún momento, le dimos la espalda y le olvidamos, pero él sigue habitando dentro de nosotros, solo necesita que le prestemos atención para salir. Conocernos y entenderle para poder redescubrirle y expandirnos.
Mi hijo pequeño me sorprendió un día diciéndome que le gustaba llevar prendas amplias. "¿Por qué?, le pregunté. "Porque así me siento mayor -respondió-, pruebo a hacer cosas de mayores y me doy cuenta de que puedo hacerlas". Como a los niños, también nos sucede a los mayores, así lo explica Lucía Langa, coach ejecutivo y coautora del libro Tanto creces, tanto vales: "A todos nos ha ocurrido que cuando hemos intentado algo que no habíamos hecho antes, sentíamos que seríamos incapaces y, al lograrlo, comprobamos que habíamos sobreestimado el esfuerzo necesario. En el desarrollo personal, los avances en el descubrimiento de nuestro talento bien vale la pena los esfuerzos que invirtamos".
En ese campo, el del crecimiento personal, es donde nace ese dossier: no es una propuesta de cambio de vida -o quizás sí-; es, sobre todo, una invitación a bucear en nosotros y hallar lo mejor de cada uno, eso que nos hace sentir que crecemos como personas, que nos realizamos, y que nos hace encontrarnos bien a nosotros y a los que nos rodean. "Toda persona -anima Langa- es un ser completo, creativo y lleno de recursos. No todos servimos para todo, pero todos servimos para algo. Averigüemos para qué y explotémoslo a nuestro favor".
¿Cómo encontrarlo? Buscándolo. Sin embargo, frente a una buena costumbre de los niños de experimentar, tendemos a asentarnos en la rutina, subestimándonos y poniendo barreras a ese potencial que todos albergamos.
Razones por las que nos impedimos ver lo mejor que hay en nosotros, hay varias. Helena Thomas, psicóloga, las explica: "Influye mucho el entorno donde has vivido. Si en alguna ocasión has intentado sacar algo adelante y no ha sido exitoso, porque no has tenido suerte o no te han dejado, no lo vuelves a intentar. Por otro lado, en una situación de rutina placentera nos cuesta mucho cambiar. Otras veces ocurre que hasta que no te ves en la situación de tener que sacar esa habilidad para afrontar una nueva situación, no sabes que tienes esa capacidad".
Superar el miedo a fallar
"La cultura occidental está basada en imitar modelos ajenos y no en buscar en nosotros mismos -añade Langa-. Reflexionar sobre uno mismo es poco habitual, ya que enseguida aparecen miedos y creencias limitantes. Pero no debemos conformarnos con lo que somos, sino siendo como ya somos, trabajar para ser aún mejores. Solo quienes asumen plena autoconciencia y orientan su energía a potenciar lo bueno que ya tienen serán capaces de sentir satisfacción y serenidad necesarias para llevar su vida y no que su vida les lleve a ellos".
Para no quedarse estancado y descubrir ese potencial interior, Thomas invita a "activarse", a probar cosas nuevas: "Acumular nuevas experiencias y situaciones es lo que nos hace mantenernos vivos mentalmente, con retos. No tiene por qué ser cambiar de trabajo, pero si investigar qué otras posibilidades tengo como individuo. Si, por ejemplo, siempre nos ha gustado la cocina, ¿por qué no hacer un curso? A lo mejor encontramos una posibilidad de expansión personal. Es importante romper con la rutina, la holgazanería... aquello que nos impide movernos". Es importante también superar el miedo a arriesgar y equivocarse" "Si hay algo que no sale bien por lo menos lo hemos intentado y esa experiencia ya es válida porque se incorpora a nuestra vida. Además, un fracaso ayuda a replantear caminos".
Conocernos, dejar hablar a nuestras inquietudes y no quedarnos estáticos nos permitirá entrar en una espiral de nuevas vivencias. En ese avance nos encontraremos obstáculos, pero, alerta Langa, "serán los que nos propongamos, sobre todo si lo que queremos ver son los frenos más que los motores".
De dentro a fuera
Y son precisamente los motores los que llevan hacia adelante. "El camino hacia el desarrollo de uno mismo no se detiene, construyamos a dejemos pasar el tiempo. Por qué no aprovechar el viento a nuestro favor -se pregunta-. Tenemos las reservas llenas de esas competencias para las que estamos dotados".
Los materiales está, solo queda "edificar". "La vida de cada uno no puede tener sentido si no nos reconciliamos con lo que somos y en base a ese descubrimiento alineamos nuestros objetivos en esa dirección -continúa-. Cuando uno deja de quemar energía inútilmente en querer emular a otros y se ocupa de saber quién es, todo empieza a coger sentido y nos vemos capaces de conseguir lo que nos propongamos. Si estamos atentos a potenciar lo que ya somos, descubriremos cosas que siempre nos han pasado inadvertidas y que son los fundamentos para construir una vida plena y llena de satisfacciones".
CARMEN RICO