Una virtud
llamada
egoísmo
-y 2º-
Nos responsabiliza
Aunque aparentemente pueden disgustar a los demás, tomar decisiones a la larga resultan beneficiosas para todos, explica Mila Cahue: "Cuando uno deja de sentirse culpable o responsable de las emociones de los demás en situaciones que realmente no le corresponde hacerlo, se siente inundado por una sensación de libertad, ligereza y eficacia, que animan a afrontar los retos que se presentan cada día. Además, su nivel de estrés y de ansiedad bajan, mejoran los tratornos derivados de los mismos, a la vez que aumentan los de la autoestima y bienestar recibidos".
"Yo era de las que se pasaban la vida precipitándose en ofrecer mi ayuda o soluciones a los demás. Creo que lo hacía para que me quisieran y me necesitaran, pero solo conseguía sentirme utilizada", confiesa Esmeralda, de 35 años.
El egoísmo sano nos permite vivir plenamente sin ir buscando culpables de lo que nos ocurre. Nos obliga a responsabilizarnos de nuestra porpia vida y de las decisiones que tomemos y además, sirve de ejemplo para los demás. "Aprender a ser responsable con uno mismo obliga a los demás a ser responsables consigo mismos, o al menos a ser conscientes de esa responsabilidad, y eso es una gran lección para una convivencia ideal", asegura Mila Cahue. "Es positivo siempre y cuando no nos olvidemos de valores como la solidaridad, la ayuda al prójimo o los lazos familiares. Debe haber un equilibrio entre los propios intereses y los de los demás", concluye Coks Feenstra.
BELÉN PUIG
Claves para practicar el egoísmo sano
* Diferenciar egoísmo positivo de lo que no es: Eso nos permitirá tener nuevas perspectivas de la realidad que son muy beneficiosas a la hora de escribir el guión de nuestra propia vida.
* Aprender a ser asertivos: Una vez que se ve clara esta diferencia, hay que aprender a marcar límites y a expresar las propias opiniones.
* Perder el miedo a decir no y dejar de pensar que debemos anticiparnos a los que el otro espera de nosotros.
* Ser firmes y comprender que cuando alguien nos está dando algo de su beneficio, no estamos obligados a devolver. Se trata de aprender a respetarse uno mismo en caso de que los demás no lo hagan.
COMENTARIO
Rachael y Richard Heller nos enseñan cómo cuidar de nosotros mismos de forma sana y constructiva: aprender a respetar los propios sentimientos, preferencias. Y han creado un nuevo método con el que afrontar una compulsión muy extendida: la de complacer a los demás a costa de la propia salud y felicidad. Mediante sencillos consejos y sabias instrucciones, Egoísmo sano nos enseña a respetar los propios sentimientos, preferencias y deseos; a dejar de ser gobernados por las opiniones y demandas de los demás; a decir "no" cuando es necesario, y a acallar las voces interiores de culpa o recriminación. Un programa a medida, con prácticos e inspiradores ejercicios para que cada cual, a su propio ritmo, encuentre un camino lleno de propósito, dicha y satisfacción. La guía más completa para superar la negación de uno mismo en aspectos tan diversos como la familia, la pareja, los desconocidos, el dinero, el aspecto físico o la sexualidad.