Margaret Sanger
Margaret Sanger ( Corning, 1879 – Tucson, 1966), fue una precursora estadounidense de movimientos feministas a favor de la planificación familiar y fundadora de la Liga Americana para el Control de la Natalidad (American Birth Control League), que junto con asociaciones en numerosos países constituyeron en la India, en 1952, la Federación Internacional de Planificación Familiar, con sede en Londres.
Aunque inicialmente se encontró con mucha oposición, gradualmente fue ganando apoyos por dar acceso a las mujeres a la contraconcepción. A causa de haber promovido la contraconcepción y la eugenesia y de sus postulados racistas, sigue siendo una figura controvertida.
Sanger nació en Corning, Nueva York, siendo la sexta de once hermanos. Su madre era una devota católica y murió de tuberculosis y cáncer cervical, hecho que marcó mucho a Sanger a lo largo de su vida. Su padre era un trabajador de condición humilde y un activista político socialista.
Margaret Higginis estudió enfermería en el hospital de White Plains, en Nueva York, donde se dio cuenta de la necesidad de desarrollar métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados que, según su opinión, conducen a abortos, a menudo practicados en situaciones insalubres. En 1902 se casó con el arquitecto William Sanger, con el cual desarrollaría una gran actividad social y política, antes de sus separación, en 1913.
Sanger se vio influida por las tesis políticas socialistas y feministas de su padre. También le afectó mucho la muerte de su madre, que le hizo rebelarse contra la sociedad en que vivía por su visión de la salud de la mujer y la natalidad. Como atea, atacó duramente a todas las confesiones cristianas, acusándolas de oscurantismo.
Fue también una socialista declarada, y culpó al capitalismo de los males que sufrían las mujeres trabajadoras. Sus posiciones políticas son manifiestas en las últimas páginas de "Lo que toda chica debería saber".
Sus visiones acerca de la sexualidad pueden encuadrarse dentro del siglo XIX pre- freudiano. La sexualidad era concebida por Sanger, de alguna manera, como una debilidad. Así, el control de la natalidad era más un medio para prevenir los efectos indeseados del acto sexual que un medio de liberación para poder disfrutarlo.
También influyó en ella el psicólogo Havelock Elli, con respecto a sus teorías de la sexualidad femenina y su importancia.
Sus visiones del desarrollo humano estaban, asimismo, cargadas de racismo:
Cuanto más bajo se desciende en la escala del desarrollo humano, menos autocontrol sexual hay. Se dice que los aborígenes australianos, la especie más baja conocida de la familia humana, tienen tan poco control sexual que sólo la autoridad les previene de obtener satisfacción sexual en las calles.
Sanger era partidaria de la eugenesia negativa, una filosofía social que argumenta que la especie puede mejorar mediante la intervención social. Sus propuestas incluían una restrictiva política de restricción de la inmigración, y el libre acceso a los métodos anticonceptivos.
Sin embargo, Sanger rechazaba la eutanasia forzosa para los retrasados y se pronunció contra tales prácticas, así como contra el régimen Nacionalsocialista alemán y sus políticas, calificadas por Sanger de "atrocidades".
Ella creía que el control de la natalidad debía ser llevado a cabo por los padres que estuvieran capacitados intelectualmente, y no por el Estado:
La campaña por el control de la natalidad no tiene simplemente un valor "eugénico", sino que tiene prácticamente los mismos objetivos finales que la eugenesia. Creemos que la regeneración racial, como la regeneración individual, debe salir "de dentro". Esto es, debe ser autónoma y no impuesta desde fuera. Sostenemos que una mujer en pleno uso de sus facultades mentales es el mejor juez para determinar las condiciones bajo las cuales su hijo ha de venir al mundo. Es más, sostenemos, que es su derecho independientemente de otro tipo de consideraciones, determinar si tendrá hijos o no, y cuántos hijos tendrá si elige ser madre. Sólo sobre una maternidad libre y autónoma puede apoyarse una estructura inquebrantable de mejora racial.
Sólo aceptaba la coerción para evitar la procreación de los "débiles mentales".
Los débiles mentales diagnosticados no sólo deberían ser exhortados sino obligados a no propagar a sus hijos.
En un capítulo de " La mujer y la nueva raza" Sanger dice "los cientos de miles de abortos practicados en América cada año son una desgracia para la Civilización".
Roger Streitmatter ha afirmado que la oposición de Sanger al aborto tenía que ver más con el peligro que supone para la madre que con objeciones morales. No obstante, en su autobiografía, Sanger apunta que en 1916 su oposición al aborto se basaba en la defensa de la vida:
A cada grupo le explicábamos lo que era la contraconcepción, que el aborto era el camino erróneo -sin importar lo pronto que se realizara- y que la contraconcepción era la forma mejor y más segura, ya que costaba menos tiempo, ocasionaba menos problemas y la vida no había empezado todavía.
También escribió: "nadie puede dudar que hay veces en que un aborto es justificable, pero será innecesario cuando se tomen precauciones para prevenir la concepción. Esta es la única cura para el aborto".
En el año 1951 Sanger, logró financiación para que Gregory Pincus empezase a investigar sobre la píldora anticonceptiva. En 1954, bajo el nombre de Enovid, fue probada por primera vez en 50 mujeres del estado de Massachusetts. Después fue probada de manera generalizada en Puerto Rico.
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