Safo fue una poetisa lírica griega, nacida aproximadamente el año 620 a.C.. Fue tan famosa en su tiempo que Platón se refirió a ella dos siglos después de su muerte como la décima musa. Nació en la isla de Lesbos, probablemente en Mitilene. Aunque no se sabe mucho acerca de su vida, perteneció al parecer a una familia noble y fue contemporánea del poeta lírico Alceo, de quien se supone fue su amante, y de Stesichorus. También se dice que se casó con un hombre rico de la isla de Andros y que tuvo una hija llamada Cleis. Otra leyenda, que no merece credibilidad alguna, sostiene que, tras ser rechazada por el joven marino Faón, se arrojó desde un acantilado en Léucade (una isla de la costa occidental de Grecia). No se sabe cuando murió, pero en sus poemas de última época se describe a sí misma como una anciana que goza de una vida tranquila, pobre y en armonía con la naturaleza.
Los fragmentos de sus poemas que aún se conservan, indican que Safo enseñó arte, filosofía y letras a un grupo de mujeres jóvenes, practicaban la danza colectiva, la música instrumental y vocal (especialmente cuidaban el aspecto corporal, tanto estético como atlético, sin descuidar la moda y la coquetería. Existieron otras maestras como Safo. En Máximo de Tiro se citan dos educadoras de esta clase, Andrómeda y Gorgo. Hasta las vísperas de tiempos helenísticos no hay, empero, instituciones conocidas y documentadas (en Pérgamo, por ejemplo; noticias de concursos agonísticos literarios y musicales; en las islas de Eolia; concursos de belleza en Lesbos y Ténedos; y otros de oikonomía y de sofrosine o 'equilibrio moral', podríamos decir).
Pero además, en la isla se instruía a las jóvenes en las artes del placer, razón por la cual la isla era frecuentada por hombres que veían en aquellas jóvenes a verdaderas maestras del amor físico. En esa época el sexo era importante como una manera más de cuidar y de cultivar el cuerpo, era un arte, exento de morbo y perversión. Las prácticas del arte del placer no se realizaban solamente entre maestra y alumna, sino también entre alumnas, con las que Safo llegó a tener una estrecha relación y para las que compuso sus odas nupciales cuando la abandonaban para casarse, obras por cierto, en las que se perciben fuertes sentimientos involucrados. El poeta Anacreonte (mediados del siglo VI a.C., una generación posterior a Safo), afirmaba en referencia a este grupo, que Safo sentía un amor sexual por las mujeres, de ahí proceden los términos lesbianismo y safismo, ambos usados para nombrar la homosexualidad femenina.
"De verdad que muerta quisiera estar. Ella me dejaba ir, entre muchas lágrimas me decía: ¡qué terribles penas pasamos, ¡ay, Safo!, que en contra mía te abandono Y yo le respondía: vete alegre, y acuérdate de mí. Ya sabes como te quise".
Pero a pesar de esto, no se puede decir que Lesbos era una isla de lesbianas porque no sabemos a ciencia cierta si las jóvenes que pasaban por la isla lo hacían por obligación, y no sabemos cuántas de ellas sentían una total inclinación hacia las mujeres, cuántas se sentían atraídas por ambos sexos, o cuántas eran heterosexuales que no se involucraban sentimentalmente con otras mujeres y que se limitaban a la cuestión "académica" del asunto.
La principal razón para no afirmar que Lesbos era una isla de lesbianas es que el concepto de lesbiana como lo conocemos hoy es distinto y se aleja del estilo de vida que llevaban aquellas mujeres, que eran simplemente una comunidad de mujeres artistas. Safo no era lesbiana, en realidad era lo que hoy se llamaría, bisexual, con la debida aclaración que los conceptos de heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad eran ajenos a la época ya que aparecieron recién en el siglo XIX, como producto de la medicina. Además cabe mencionar que en aquella época, la homosexualidad entre hombres estaba permitida, incluso era bien visto en la vida de los hombres con status social. Pero en lo que se refiere a las mujeres era muy distinto, la sociedad griega era lamentablemente, misógina y con conceptos machistas y patriarcales muy fuertes, que fue entre otras cosas más, lo que facilitó la entrada del cristianismo. Entre los griegos las mujeres eran invisibles, más aún las lesbianas, la función de la mujer griega era procreadora y de base.
Volviendo a Safo, esta poetisa escribió nueve libros de odas, epitalamios o canciones nupciales, elegías e himnos, pero apenas se conservan algunos fragmentos de todos ellos. Entre estos destaca la Oda a Afrodita, citada por el erudito Dionisio de Halicarnaso en el siglo I a.C. En el siglo XX se descubrió un papiro con nuevos fragmentos de sus poemas.
La poesía de Safo se caracteriza por la exquisita belleza de su dicción, su perfección formal, su intensidad y su emoción. Inventó el verso hoy conocido como oda sáfica (tres endecasílabos y un adónico final de cinco sílabas). Muchos poetas griegos posteriores asimilaron la influencia de Safo, en particular Teócrito.
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