Respuesta: En verdad dice la Biblia que “el día y la hora no los conoce ningún hombre”, y
las personas que han tratado de fijar cierta fecha o año para su Segunda Venida han
malentendido completamente la misión de Cristo en la Tierra. El dio sus enseñanzas a la
humanidad para que la ley de “ojo por ojo y diente por diente” se aboliera, para que la ley
del temor (de Dios) fuera sustituida por la ley del amor. Se dice que “la Ley y los profetas
fueron hasta Cristo”, pero sabemos que aún hoy es necesaria la ley. Por consiguiente, es
evidente, que la ley no se abolió al venir Cristo físicamente. Es la venida del Cristo
“interno”, la naturaleza íntima del hombre, la que abolirá la ley. San Pablo habla del
advenimiento de Cristo cuando “el Cristo se forme en vosotros”, y hasta que el Cristo no se
haya formado en nosotros no estaremos preparados para su Segunda Venida, Ángelus
Silesius dice:
“Aunque Cristo naciera mil veces en Belén,
Si no nace en ti mismo tu alma se perderá.
En vano mirarás la Cruz del Gólgota
Hasta que en ti mismo se haya formado”.
La Segunda Venida del Cristo depende de cuando haya un número suficiente de personas
que sean semejantes a El, que hayan alcanzado el principio Crístico, y entonces, así como
dos diapasones del mismo temple vibran juntos cuando uno de ellos ha sido golpeado, así
también podremos responder a las vibraciones del Cristo, vibraciones que se iniciarán
cuando El vuelva. Por lo tanto, ese acontecimiento no puede calcularse. Cada vez que
tratamos de imitar a Cristo y realizar sus enseñanzas, estamos apresurando su venida.
Luchemos, pues.