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EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
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VARIOS AUTORES: LA MENTE Y LO CONOCIDO...JIDDU KRISHNAMURTI
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 10/08/2009 17:41

 

LA MENTE Y LO CONOCIDO

JIDDU KRISHNAMURTI

LA COSTUMBRE DE la vida diaria se estaba repitiendo en torno de la única

 fuente del pueblo; el agua corría lentamente

y un grupo de mujeres guardaba su turno. Tres de ellas estaban

disputando ruidosa y ásperamente; estaban absortas

por completo en su cólera y no prestada la menor atención a ninguna otra

 persona ni nadie les prestaba atención a

ellas. Tenía que haber sido un rito diario. Como todos los ritos,

 era estimulante, y estas mujeres disfrutaban el

estimulo. Una anciana ayudaba a una joven a alzar un gran

 cántaro de bronce brillantemente pulido hasta su

cabeza. Tenía ella un rodete de tela para aguantar el peso del

recipiente, al que sostenía levemente con una mano.

Su andar era espléndido y tedia gran dignidad. Una niña pequeña

 vino calladamente, deslizó su cántaro bajo el

chorro y se lo llevó sin decir palabra. Otras mujeres llegaron y

 se marcharon, pero la disputa seguía, y parecía

como si nunca fuese a terminar. De repente, las tres callaron,

 llenaron sus cántaros de agua y se fueran como si

nada hubiera pasado. El sol ya se iba poniendo fuerte y salía

 humo sobre los techos de paja de la aldea. Se estaba

guisando la primera comida del día. ¡Cuán repentinamente

 pacífico quedo aquello! Excepto por los cuervos, casi

todo estaba en calma. Una vez terminada la ruidosa disputa

podía uno oír el rumor del mar más allá de las casas,

los jardines y los palmares.

Continuamos como máquinas con nuestra tediosa rutina diaria.

¡Cuán ávidamente acepta la mente una norma

de existencia, y cuán tenazmente se aferra a ella! Como s

i estuviera clavada, la mente está sujeta por la idea, y en

torno de la idea vive y tiene su ser. La mente nunca es

 libre, flexible, porque siempre está anclada; se mueve

dentro del radio, estrecho o amplio, de su propio centro.

De su centro no se atreve a salir; y cuando lo hace, se

pierde en el temor. El temor no es de lo desconocido, sino

 de la pérdida de lo conocido. Lo desconocido no incita

al miedo, pero la dependencia de lo conocido sí. El temor

 siempre acompaña al deseo, el deseo de lo más o de lo

menos. La mente, con su incesante tejer de patrones, es

 la hacedora del tiempo; y dentro del tiempo hay temor,

esperanza y muerte. La esperanza conduce a la muerte.

Dijo que era un revolucionario; quería volar toda

estructura social y empezarlo todo de nuevo. Había

trabajado ávidamente por la extrema izquierda, por la revolución

 proletaria, y eso también había fallado. ¡Mirad lo

que había pasado en el país en el cual aquella revolución se

realizó tan gloriosamente! La dictadura, con su policía

y su ejército, habían engendrado inevitablemente nuevas

distinciones de clase, y todo en el espacio de unos pocos

años; lo que había sido una gloriosa promesa se había reducido

 a la nada. Él quería una revolución más honda y

más amplia que empezase todo de nuevo, teniendo cuidado

 de evitar todas las trampas de la primera revolución.

¿Qué entendéis por revolución?

“Un completo cambio de la actual estructura social, con o

sin derramamiento de sangre, con arreglo a un plan

bien trazado. Para ser efectiva, tiene que ser bien pensada,

organizada en todo detalle y escrupulosamente

ejecutada. Semejante revolución es la única

esperanza, no hay otra salida de este caos”.

Pero ¿no tendréis los mismos resultados otra

 vez: la compulsión y sus funcionarios?

“Al principio puede resultar en eso, pero pasaremos

 a través de ello. Siempre habrá un grupo separado y unido

fuera del gobierno, para vigilarlo y guiarlo”.

Queréis una revolución con arreglo a un patrón, y

vuestra esperanza está en el mañana, por el cual estáis

dispuesto a sacrificaros y sacrificar a los otros. ¿Puede haber

 una revolución fundamental si se basa en la idear Las

ideas inevitablemente engendran nuevas ideas, más resistencia

y represión. La creencia engendra antagonismo; una

creencia hace surgir muchas, y hay hostilidad y conflicto.

 La uniformidad de creencia no es la paz. La idea y la

opinión invariablemente crean oposición, que siempre

 tratarán de suprimir los que están en el poder. Una

revolución basada en la idea da lugar a una contrarrevolución,

y el revolucionario se pasa la vida luchando contra

otros revolucionarios, liquidando el mejor organizado al más

débil. Estaréis repitiendo el mismo modelo, ¿verdad?

¿Sería posible hablar sobre el más profundo significado de la revolución?

“Ello tendría poco valor a menos que condujese a un fin

 definido. Hay que construir una nueva sociedad, y la

revolución con arreglo a un plan es la única manera de

lograrlo. No creo que cambie mis maneras de ver, pero

veamos lo que tenéis que decir. Lo que diréis probablemente

 ha sido dicho ya por Buda, Cristo y otros instructores

religiosos, y ¿adónde nos ha llevado? ¡Dos mil años y más

de prédica para ser buenos, y mirad el embrollo que han

creado los capitalistas!”

Una sociedad basada en la idea, configurada con arreglo

a un patrón particular, engendra violencia y está en

constante estado de desintegración. Una sociedad modelada

 funciona sólo dentro del armazón de su creencia

autoproyectada. La sociedad, el grupo, nunca puede estar

 en un estado de revolución; sólo puede estarlo el

individuo. Pero si es un revolucionario con arreglo a un plan,

 a una conclusión bien autorizada, estará meramente

ajustándose a un ideal o esperanza autoproyectados. Está

 llevando a cabo sus propias respuestas condicionadas,

modificadas tal vez, pero de todos modos limitadas. Una

revolución limitada no es revolución en absoluto; como la

reforma, es un retroceso. Una revolución basada en ideas,

en deducciones y conclusiones, no es más que una

modificada continuidad del viejo sistema. Para una fundamental

y duradera revolución tenemos que comprender la

mente y la idea.

“¿Qué entendéis por idea? ¿Queréis decir conocimiento?”

Idea es la proyección de la mente; idea es el resultado de

 la experiencia, y experiencia es conocimiento. La

experiencia siempre es interpretada con arreglo al

 condicionamiento consciente o inconsciente de la mente. La

mente es experiencia, la mente es idea; la mente no está separada

 de la calidad del pensamiento. El conocimiento,

acumulado y en acumulación, es el proceso de la mente.

La mente es experiencia, memoria, idea, es el proceso

total de la respuesta. Hasta que comprendamos el funcionamiento

de la mente, de la conciencia, no puede haber

una transformación fundamental del hombre y sus

relaciones, que constituyen la sociedad.

“¿Sugerís que la mente como conocimiento, es el verdadero

 enemigo de la revolución, y que la mente nunca

puede producir el nuevo plan, el nuevo Estado? Si queréis

decir que porque la mente está aun enlazada con el

pasado nunca puede comprender lo nuevo, y que, sea lo

 que fuere que planee o cree, ello es el resultado de lo

viejo, entonces ¿cómo puede haber cualquier cambio en absoluto?”

Veamos. La mente está sujeta a una norma; su existencia

 misma es el armazón dentro del cual funciona y se

mueve. La norma es del pasado o del futuro, es desesperación

 y esperanza, confusión y Utopía, lo que ha sido y lo

que debería ser. Con esto estamos todos familiarizados.

 Queréis romper el viejo sistema y sustituirlo por uno

“nuevo”, siendo el nuevo, el viejo modificado. Lo llamáis el

nuevo para vuestros propios propósitos y maniobras,

pero sigue siendo el viejo. Lo llamado nuevo tiene sus raíces

 en lo viejo: codicia, envidia, violencia, odio, poder,

exclusión. Encerrado en esto, queréis producir un nuevo mundo.

Es imposible. Podéis engañaros y engañar a otros,

pero a menos que el viejo molde se rompa por completo, no

puede haber una transformación radical. Podéis jugar

con ello, pero no sois la esperanza del mundo. La ruptura

 del molde, tanto del viejo como del llamado nuevo, es de

la máxima importancia para salir de este caos. Por eso es

esencial comprender las modalidades de la mente. La

mente funciona sólo dentro del campo de lo conocido, de la

experiencia, tanto si es consciente como inconsciente,

colectiva o superficial. ¿Puede haber acción sin un modelo?

Hasta ahora sólo hemos conocido acción en relación

con una norma, y semejante acción es siempre una aproximación a

 lo que ha sido o lo que debería ser. La acción

hasta ahora ha sido una adaptación a la

 esperanza y el temor, al pasado o al futuro.

“Si la acción no es un movimiento del pasado al futuro,

o entre el pasado y el futuro, entonces ¿qué otra

acción puede existir que sea posible? No nos

 estáis invitando a la inacción, ¿verdad?”

Sería un mundo mejor si cada uno de nosotros se diera

cuenta de la verdadera inacción, que no es lo opuesto

de la acción. Pero ese es otro asunto. ¿Es posible que la

 mente esté sin un patrón, que esté libre de esta oscilación

hacia adelante y hacia atrás del deseo? Desde luego que

 es posible. Tal acción es vivir en el ahora. Vivir es estar

sin esperanza, sin el cuidado del mañana; no es desesperanza

 ni indiferencia. Pero no estamos viviendo, siempre

vamos en pos de la muerte, del pasado o del futuro. Vivir es l

a más grande revolución. Vivir no tiene norma, pero

la muerte la tiene: el pasado o el futuro, lo que ha sido o

 la Utopía. Estáis viviendo para la Utopía, y así estéis

invitando la muerte y no la vida.

“Todo eso está muy bien, pero no nos conduce a ninguna

parte. ¿Dónde está vuestra revolución? ¿Dónde está

la acción? ¿Dónde hay una nueva manera de vivir?”

No en la muerte, sino en la vida. Estáis persiguiendo el

 ideal, la esperanza, y a esta persecución la llamáis

acción, revolución. Vuestro ideal, vuestra esperanza, es la

 proyección de la mente fuera de lo que es. La mente,

como es resultado de lo pasado, está sacando de sí misma

una norma para lo nuevo, y a esto lo llamáis revolución.

Vuestra nueva vida es la misma vieja, con diferentes ropajes.

El pasado y el futuro no contienen la vida; tienen el

recuerdo de la vida y la esperanza de ella, pero no son lo

 vivo. La acción de la mente no es vivir. La mente sólo

puede actuar dentro del marco de la muerte, y la revolución

 basada en la muerte es sólo más oscuridad, más

destrucción y desdicha.

“Me dejáis completamente vacío, casi desnudo. Esto

puede ser espiritualmente bueno para mí, hay una

claridad de corazón y mente, pero no es tan útil en

 términos de acción revolucionaria colectiva”.

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