La depresión es esa vecina que todos tenemos tan cerca, de la
que todos hablan y que en realidad, apenas quienes la reciben en
su casa y pocos más la conocen, es en realidad alguien que vemos
mucho y al tiempo la gran desconocida.
Es una incomprendida también, salvo, por quienes la reciben
( a veces por su insitencia) y otros pocos más como te dije antes,
que hemos querido acercarnos para no hablar por hablar, y desde
esa cercanía, desde su contacto hemos comprobado que la
gran parte de lo que de ella se habla no són más que cuatro datos
repetitivos y eso sí mucho desprecio porque se le teme.
Quien ha pasado por ella, como por cualquier otra situación grave, traumatizante de su vida, podrá optar por dos posturas
1- La habitual, terminan con un curioso engreimiento que sólo
les permite recordar que estuvieron muy mal y que “ellos sólos” .
Rara vez recuerdan ninguno o muchos de los apoyos que tuvieron
o qué tan grande fueron o en el momento tan oportuno que llegaron.
Me preocupan. O bien no fue exactamente eso lo que sufrieron
( con lo que están causando mucho perjuicio a quienes
sí porque los equivoca) o qué pena que ésa haya sido
la forma en que la han cerrado y el aprendizaje que han tenido.
Personas así, suelen o directamente huir de cualquier
persona que le traiga reflejos de lo que fue una etapa
de su vida, ( significa que no son tan fuertes como dicen,
perro ladrador….)
o se empeñan en dar consejos positivos, a veces a ellos les sirvieron , pero si realmente pasaron por ella, sabrán que sucede con
esos consejos cuando llegan en determinados momentos.
Es muy probable que su ego crezca de tal forma que se
conviertan con la mejor voluntad “consciente” de ayudar
a otros que , pobres!, aún siguen allí.
Si son un poquito espabilados, habrán aprendido cuatro
fórmulas que añaden a su retahíla .
Todo ello suele ser agradable para muchos de los
enfermos deprimidos, bueno y para todo el mundo, claro,
de forma que le muestran con fervor su agradecimiento
y la elevan, elevando su autoestima de forma que
lleguen a perder contacto poco a poco con la “persona”,
el ser humano, sujeto de sus atenciones.
El inconveniente de este tipo de ayudas que veo es que
un enfermo si no se ajusta a ese “uni-tratamiento”,
va a sentir la necesidad de no aparecer más haciendo
manifestaciones de sus síntomas, que intentará trabajar,
curar, etc, por otros medios o ámbitos.
2.- Y esto lo comparten quienes han aprendido en propia carne ,
como suele decirse y/o quienes se han acercado a esa
“señora dueña” ( porque realmente se aduela y enseñorea
de toda la persona que ocupa), muy de cerca, con respeto,
controlando el miedo , con atención a todos sus matices
casi ocultos por sus rasgos más pronunciados.
Y se acerca a ella, pero nunca desde arriba, cuando esa señora
siente a alguien que se eleva por sobre todo lo que ella representa,
va a huir, va a disfrazarse en parte, o por completo,
pero nunca desaparecer, nunca curará, nunca formará
parte sana y se integrará en la persona como una
experiencia de aprendizaje que la fortalecerá y le hará
estar siempre cerca de aquellos que la sufren. Ya se han
hablado desde abajo y frente a frente, se respetan, no se temen.
Esa persona, no va a dañar más a alguien que esté deprimido,
no va a producir que la señora esconda sus síntomas, al
contrario va a provocar que ella vierta fuera, para como
cualquier herida, lavarla y cuidarla en abierto, para que
cicatrice sana y limpiamente.
Muchos de los que reclaman, con razón, más atención para
sus dolencias, con razón se quejan y reclaman que se les
escuche y se les de entidad, de personas enteras, solo
que sufrientes de determinada enfermedad, curiosamente
ni entienden , ni escuchan , ni aprenden de esta enfermedad
tan vieja.
Supongo que al serlo y ser tan “popular” sufre de la misma incomprensión que otras que aparecen como nuevas, y
es que muchos la desprecian , como la escuchan tanto y
se conocen cuatro síntomas, dan por sentado ser expertos en ella ,
otros se valen de ella para enmascarar otros problemas,
otros por haber pasado algo similar o pertenecer al primer grupo de los “salvados”, ya conocen cuatro síntomas y se sienten expertos ….
y causan daño, mucho daño a los efermos.
Un daño añadido al de su propia enfermedad.
Y eso quienes padecen otras enfermedades igualmente “raras” o con determinada carga de prejuicio a cuestas, saben muy bien a qué me refiero.
Gracias Utopía, por haber traído el tema, un tema que como dije antes,
de tan extendido ya ni atención se le presta.
Es un mensaje muy de agradecer, porque así es, por todos esos pasos
hay que andar y a todas esas conclusiones hay que llegar y
definitivamente eso hay que aprender. Me ha emocionado
mucho el final, precisamente por eso, porque entiendo que
incita a ayudar desde la humildad. La única forma en que se
va a poder llegar a todo tipo de personas que sufren depresión.
que casi nadie regala nada que se precie de importancia capital que lo importante exige un gesto sufrimiento a tributar
que siempre hay alguien que te quiere
DISPUESTO PARA AYUDAR
TalVez
*******************************************************************************************
No es necesario apagar la luz del prójimo para que brille la nuestra (Baruch) |