Muchas gracias KRIS,
Es muy importante lo que mantenemos en nuestro pensamiento,
nos puede estar dañando , a veces incluso de bromas solemos mandarnos mensajes negativos. Y es bueno bromear con lo que es real, pues es una
forma no dramática de aceptarlo, siempre que verdaderamente lo
hayamos aceptado y tomado como una característica más nuestra
sin emoción negativa asociada, porque de no ser así , en determinado momento,todos esos pensamientos pueden caer sobre nosostros
como una losa.,
Y también me gustaría aprovechar tu mensaje como aviso de lo que
decimos a otros.
Una autoestima sana ( una muy alta autoestima puede ser en
realidad un ego subido, y eso no es nada sano) producto de una
experiencia de vida sana o conseguida por su trabajo,puede quedar
maltrecha si en medio de una confluencia de variables, te envían mensajes negativos hacia tu persona de forma persistente y sin razón, de forma
que no puedes trabajar tus supuestas “pegas” pues no habría tales,
no llegas a identificarlas por lo que es masivo el rechazo.
Lo normal en esos casos es, no llegar a tomarlos o soltarlos,
dejarlos de lado, pero no sabemos en qué encrucijada se encuentre
esa persona y si los mensajes negativos provienen de una
persona "relevante" para el sujeto , o que ha tomado relevancia
por tratarse de una muy antigua amistad, o persona a la que
admira mucho, o amante, o … , el daño que provoca puede
ser muy alto y de difícil recuperación, eso si en medio no se ha complicado
más y tenga resultados más dramáticos. Nosotros creemos no
haber hecho gran cosa, nosotros contamos con que quien sea se
lo merecía y a fin de cuentas sólo eran palabras, y nos olvidamos
de todo ello, sin mirar atrás.
^Por eso cuidemos qué decimos, no se trata de no hacer críticas,
ése es un objetivo del que más presumimos pero menos logramos,
se trata de hacerlas en base a motivos reales y expresar cuáles son
y dar la oportunidad de que el sujeto a quien dirigimos
la crítica pueda responder.
La ignorancia del resultado de nuestros actos, no evitan esos resultados.
Podria ser un profesor insistentemente , sin querer pesar sus comentarios,
se dirigía a una alumna de forma crítica de forma persistente y sin
al parecer motivo alguno salvo unas apreciaciones muy subjetivas
de las que nunca le daba razón, … seguiría la historia…
Y cierto que podría irse de esa clase si otras circunstancias de
mayor peso no la obligaran a seguir en ella, pero esa crítica,
esa acitud hizo su mella y aunque con los años, por fin pudo acudir
a otras clases y librarse de ese profesor, ya sus recriminaciones
indiscriminadas habían hecho su nido en la salud de la alumna.
Triste ejercicio de su magisterio hizo el profesor, que nunca
reparó en la persona que había tras cada uno de sus alumnos.
TalVez
*******************************************************************************************
No es necesario apagar la luz del prójimo para que brille la nuestra (Baruch) |