Cuando logramos practicar la empatía, esa virtud maravillosa que nos permite comprender a nuestro prójimo y ponernos en el lugar de él, la tolerancia nace en forma espontánea, porque la gran mayoría de las veces el hombre no es malo por naturaleza, sino más bien por debilidad o inconsecuencia.
"Si alguien te irrita o te produce sentimientos de resentimiento, debes buscar con empatía el discernimiento desde su punto de vista, las razones que lo indujeron a su conducta censurable"1098 Si actuaramos de esta forma, nos veríamos libres de muchos resentimientos y dolores y seríamos mucho más pródigos en el amor y la tolerancia y por ende conservaríamos la armonía y podriamos ser mucho más felices, porque cuando el "hombre vislumbra el círculo de la eternidad, se motiva a dar lo mejor que hay en él a su máxima expresión y puede vivir entonces de manera más generosa y para el bien de los demás" 1777
Cuando no somos capaces de comprender y perdonar es simplemente porque somos seres inmaduros, en donde nuestro ego tiene prioridad ante nuestro espíritu. "Sois rencorosos y vengativos en proporción directa a vuestra ignorancia de la naturaleza interior y de los deseos verdaderos de vuestros semejantes"1898
Comenzamos a amar en forma verdadera y desinteresada, cuando pensamos más en los demás y menos en nosotros mismos, deberíamos recordar a menudo lo que Jesús le dijo a Ganid y que también nos lo dice a nosotros: "Interésate por tus semejantes, aprende a amarlos y aguarda la oportunidad de hacer algo por ellos, algo que verdaderamente ellos deseen" 1439 lo cual no siempre es lo que nosotros deseamos para ellos.
yolanda silva solano
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