Mi alma tiene prisa
La vida se nos va en cada segundo en cada respiro,
eso es algo inevitable, mas lo que no es inevitable es DECIDIR
como dejo que se vayan estos momentos,
si con la nostalgia de los que se han hido antes de estos,
si con el corazon lleno de amor y desbordante del mismo,
si fingiendo una realidad, si poniendonos mascaras sociales...
O solo siendo realistas, idealistas
y haciendo a cada paso de este nuestro universo un lugar mejor.....
Conté mis años y descubrí que tengo menos tiempo
para vivir de aquí en adelante que el que viví hasta ahora.
Me siento como aquella joven que ganó una caja de dátiles;
los primeros los comió con displicencia pero,
cuando percibió que quedaban pocos,
comenzó a roer hasta el carozo…
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a seres ventajeros.
Me molestan los envidiosos que tratan de
desacreditar a los más capaces,
para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Ya no tengo tiempo para proyectos megalómanos.
No participaré de conferencias que establecen plazos
fijos para erradicar la miseria en el mundo.
No quiero que me inviten a eventos de un fin
de semana donde se pretende solucionar
los problemas del milenio.
Ya no tengo tiempo para reuniones interminables
donde se discuten estatutos,
normas, procedimientos y/o reglamentos internos.
Ya no tengo tiempo para soportar
melindres de personas que,
a pesar de su edad cronológica,
son unos inmaduros.
No quiero ver las agujas del reloj avanzando
en reuniones de "confrontación",
donde "tiramos todos los hechos sobre la mesa".
Detesto ser testigo de los defectos
que genera la lucha por algún majestuoso cargo.
Recuerdo ahora a Mario de Andrade,
quien afirmó: "Las personas no discuten contenidos,
apenas los títulos". Mi tiempo es escaso como
para discutir títulos; quiero la esencia,
mi alma tiene prisa.
Sin muchos dátiles en la caja,
quiero vivir al lado de gente humana,
muy humana; que sepa reír de sus errores,
que no se envanezca con sus triunfos,
que no se considere electa antes de hora,
que no huya de sus responsabilidades,
que defienda la dignidad de los marginados
y que desee tan sólo andar al lado de Dios.
Caminar junto a cosas y personas de verdad,
disfrutar de un afecto absolutamente sin fraudes,
nunca será pérdida de tiempo.
Lo esencial es lo que hace...
¡que la vida valga la pena!.
Nada en este mundo tiene sentido
si no tocamos el corazón de las personas.
Si la gente crece con los golpes duros de la vida,
también puede crecer con los toques suaves en el Alma.