Todos tenemos una Bella Durmiente en nuestro interior. Y ha de ser
despertada por un Príncipe que la hará feliz. Ese Príncipe, sin embargo,
está también dormido y ha de ser despertado primero.
El Príncipe es nuestro Cristo Interno y sólo puede ser despertado
mediante la vida interior, la reflexión, la meditación, el estudio, la oración,
la tolerancia, el amor desinteresado, el servicio altruísta... Luego él ya sabe
cómo despertar a su Bella Durmiente, que no es otra que nuestro espíritu o
Yo Superior.
Para ese proceso no hacen falta gurús ni directores espirituales. Sólo
haces falta tú. Y tú solo puedes despertar y contactar, primero contigo
mismo y luego con Dios.
A todos nos hace mucha falta hoy ese parón en la vida, ese cambio de
ritmo y ese robustecimiento espiritual para ver luz en el oscuro túnel en
que la sociedad, sin más brújula que la materia y los sentidos y, por tanto,
los deseos, ha convertido la existencia.
Este minuto de lectura pretende, junto con otros muchos, ayudarte a
dar ese salto en el vacío, a realizar esa conexión con tu verdadero Yo para
que luego, una vez despierto, seas tú mismo quien dirija tu vida, y no las
circunstancias ni la sociedad ni las modas ni los falsos profetas. Tú debes
ser tu propio guía, en comunicación permanente con tu Dios Interno.
* * *