Cuando se habla de evolución, la idea inducida en la mente occidental es muy
materialista. Nos hemos acostumbrado a mirar la materia desde un punto de vista
puramente científico; que nuestro sistema solar procede de una nebulosa ígnea, a la que
corrientes generadas espontáneamente pusieron en movimiento- Entonces asumió una
forma esférica y fue arrojando anillos conforme se contraía. Esos anillos rempiéronse más
tarde y formaron planetas que luego se enfriaron y solidificaron. Por último, o por lo
menos, un planeta, nuestra Tierra, generó espontáneamente organismos simples, que
más tarde, siguiendo el proceso evolutivo, fuéronse haciendo más y más complicados,
ascendiendo de los radiados (estrellas de mar) a los moluscos (ostras), de aquí a los
articulados (cangrejos, langostas) hasta llegar a las especies vertebradas. Después de
pasar a través de cuatro clases de vertebrados -peces, reptiles, aves y mamíferos-- ese
impulso evolutivo espontáneo alcanzó su grado más elevado en el hombre a quien se
considera como la flor de la evolución, la inteligencia más elevada del Cosmos.
El científico materialista rechaza toda idea de Dios o de cualquier otro agente externo, por
ser (según él), completamente innecesario para explicar el universo. Apoyando su
doctrina tomará una vasija con agua y echará una gotita de aceite sobre su superficie. El
agua es para representar el espacio y el aceite reemplaza a la nebulosa. Entonces
comenzará a hacer girar el aceite, que tomará la forma de una esfera, agrandándose por
el ecuador, y arrojará una esferita más pequeña que comenzará a girar en torno de la
masa central así como los planetas giran en tomo del Sol. Entonces el hombre de ciencia
se erguirá triunfante y preguntará con compasiva sonrisa "Ya veis cuan natural es todo
esto, ¿no es superfluo vuestro Dios?"
Verdaderamente, es admirable observar como se producen obscuridades en las
inteligencias más brillantes a causas de las ideas preconcebidas, y es maravilloso que un
hombre capaz de inventar esa demostración espléndida sea a su vez incapaz de ver que
él mismo está representando al autor de nuestro sistema ---a quien llamamos Dios, en
ese experimento, porque el experimento jamás habría sido inventado, ni el aceite se
hubiera puesto nunca en el agua ni comenzado a girar en ella a semejanza del Sol y los
planetas, si no hubiera sido por el pensamiento y la acción. Así que en vez de probar que
Dios es una superficialidad con su demostración de la teoría nebular, prueba en su más
amplia extensión la absoluta necesidad de una Causa Primordial - llámesela Dios o
désele cualquier otro nombre y Herbert Spencer, el gran pensador del siglo diecinueve,
vio eso y en consecuencia rechazó la teoría nebular. Sin embargo, no consiguió dar una
explicación adecuada de la génesis de nuestro sistema solar, libre de esa doctrina para él
objecionable, así que la ciencia, aunque deseosa de rechazarla, sostiene aún la teoría
mencionada sobre el origen del mundo sin aceptar la acción inteligente de un ser ó seres
extraños al universo: un Creador o Creadores.
Cuando se la comprende propiamente, la teoría científica está en plena armonía con la
Biblia que nos habla de cierto número de diferentes seres que toman parte activa en la
evolución de la Tierra y de las entidades que sobre ella se encuentran. Oímos hablar de
los Ángeles, Arcángeles, Querubines, Serafines, Tronos, Potestades, Principados,
Poderes de las Tinieblas, Poderes del Aire, etc., y la mente investigadora preguntará
naturalmente: ¿Y quienes son ellos? ¿qué papel han desempeñado en el pasado? ¿cuál
es su actividad o trabajo actual? Porque la mente investigadora no puede creer que los
Ángeles son seres humanos transformados por la muerte en entidades espirituales, cuyo
sólo placer y única tarea consiste en tocar la trompeta o el arpa, cuando en la vida
terrestre no eran capaces de distinguir una nota de otra. Tal suposición contraría a la
razón no está tampoco de acuerdo con los métodos de la Naturaleza, que exige que
trabajemos para formar nuestras facultades.
Las enseñanzas ocultistas están de acuerdo con la Biblia y con las teorías modernas
científicas, según se explica en el capítulo "Análisis Oculto del Génesis" de la obra
Concepto Rosacruz del COSMOS, en que lo que ahora constituye la Tierra no ha sido
siempre tan denso y sólido como actualmente, sino que ha pasado por tres períodos de
desenvolvimiento anteriores al presente, y que después que pase el actual "Período
Terrestre, seguirán tres períodos más antes de que se haya completado nuestra
evolución".
Durante los tres períodos precedentes a nuestro estado actual lo que ahora es la Tierra y
el hombre que se encuentra en ella han ido consolidandose gradualmente desde un
sutilísimo estado etérico hasta un estado que era mucho más denso que lo que ahora
es.
Durante la "Involución", el proceso consolidativo, el Espiritu, que ahora es el Ego humano,
estaba construyendo un cuerpo o vehículo para cada grado de densidad. Estaba
inconsciente, pero lo ayudaban en su obra diferentes jerarquías espirituales: los Tronos,
Querubines y Serafines.
Cuando se alcanzó el máximo de densidad el Espíritu obtuvo el sentimiento interior de ser
un Ego separado en el mundo material. Este fue el punto de vuelta, cuando la conciencia
no podía sumergirse más y en la medida en que su conocimiento interior espiritual vaya
despertándose gradualmente, irá también espiritualizando sus vehículos, extrayendo de
cada uno de ellos el alma, que no es más que el poder esencia de los mismos.
De esta manera se irá desprendiendo gradualmente de las regiones densas y materiales,
y la Tierra se libertará al mismo tiempo durante el resto del Período Terrestre y los tres
períodos subsiguientes.
Al principio de la evolución el triple "Espíritu-Virginal", era inocente y sin experiencia. Su
Involución implica la construcción de cuerpos, lo que realizó inconscientemente con la
ayuda de poderes superiores.
Cuando quedaron construidos los cuerpos se hizo consciente comenzó la evolución. Esto
implicaba crecimiento anímico el que se realiza mediante los esfuerzos individuales del
espíritu del hombre, el Ego. Al final de la evolución poseerá poder anímico como fruto de
su peregrinaje a través de la materia. Entonces será una Inteligencia Creadora
Los Rosacruces han dado a esos siete períodos de desarrollo los nombres de los
planetas que rigen los días de la semana, porque son los siete días de la Creación,
cuando esos términos se emplean en el más amplio sentido de la palabra. Pero son
metamorfosis de la Tierra. Esos nombres son los siguientes. (1) Período de Saturno; (2)
Período Solar; (3) Período Lunar; (4) Período Terrestre, del cual, por razones que se
explican en el Concepto Rosacruz del Cosmos, se denomina la primer mitad "Marciana" y
la segunda mitad "Mercurial"; (5)Período de Júpiter; (6) Período de Venus; y (7) Periodo
de Vulcano.
Nuestra evolución comenzó sobre la Tierra, cuando estaba en el obscuro Período de
Saturno, caliente y de substancia gaseosa extraída de la Región del Pensamiento
Concreto. Allí, "el Espíritu Divino " que es el más elevado aspecto del "Espíritu Virginal"
triuno, hecho a semejanza de Dios) fue despertado por los "Señores de la Llama"
llamados "Tronos" en el esoterismo Cristiano - quienes también irradiaron de sí mismos
un "pensamiento-forma" germinal como contraparte material del Espíritu Divino. Este
pensamiento-forma se desarrolló más tarde y se consolidó convirtiéndose en el cuerpo
denso del hombre, siendo pues el fruto del Período de Saturno, el espíritu más elevado y
el cuerpo más bajo del hombre.
En el Período Solar la Tierra alcanzó la densidad del Mundo del Deseo y se convirtió en
una masa ígnea brillantemente luminosa. Allí despertaron los Querubines el segundo
aspecto del Triple Espíritu Virginal. "el Espíritu de Vida" y su contraparte, el cuerpo vital,
nació entonces como forma de pensamiento hecho de manera que interpenetrara al
cuerpo denso germinal que se había consolidado y adquirido la misma densidad que la
de la Tierra; estaba pues formado por "materia de deseos". Cuando pasó el Período Solar
el hombre tenía, pues, un doble espíritu y un doble cuerpo. En el Período Lunar la
densidad de la Tierra aumentó hasta alcanzar el estado etérico que corresponde a la
Región Etérica. La Tierra era entonces un núcleo ígneo central rodeado de una
atmósfera o cubierta húmeda y más al exterior de otra atmósfera de neblina ardiente, o
un gas vaporoso igniscente. Cuando el agua se calentaba en contacto con el centro
ígneo, ascendía surgiendo al exterior, y al enfriarse allí en el espacio externo el vapor
volvía al centro.
De esta humedad se formó el cuerpo más denso de ese "hombre acuático". El
pensamiento-forma del cuerpo denso se había consolidado hasta convertirse en un vapor
húmedo, y el pensamiento - forma de nuestro cuerpo vital actual había descendido hasta
el Mundo del Deseo. Estaba pues formado por materia de deseo. A este cuerpo doble se
agregó el pensamiento-forma de nuestro actual cuerpo de deseos, durante el Período
Lunar, y los Serafines despertaron el tercer aspecto de los Espíritu Virginales: "el Espiritu
Humano" y el Espíritu Virginal convirtióse en un Ego, así que al finalizar el Período Lunar
el hombre naciente poseía un triple espíritu y un triple cuerpo.
El mundo, el hombre y el átomo están regidos por la misma ley. Nuestra Tierra densa
está ahora en su cuarto grado de consolidación. la mente, el cuerpo de deseos y el
cuerpo vital son menos sólidos que nuestro cuarto vehículo, el cuerpo denso. En los
pesos atómicos de los diferentes elementos químicos hay una disposición semejante. El
cuarto grupo marca la cima de la densidad.
MAX HEINDEL