El hombre desde siempre aun en forma inconsciente, ha sentido la necesidad de reconocer una Divinidad, sin importar el nombre que a ella le haya dado, porque "Dios es el símbolo verbal que designa a todas las personalizaciones de la Deidad. El término requiere una defición diferente en cada nivel personal de la función que ejerza y debe ser redefinido posteriormente dentro de cada uno de estos niveles, porque este término se puede usar para designar las diversas personalidades."3
El hombre hasta la venida de Jesús a Urantia, se había formado la idea de un Dios justiciero, selectivo e iracundo a quien había que obedecer por temor a sus represalias, fue necesario que viniera el Hijo de Dios para que viviendo en la tierra"enseñara un evangelio que redimía al hombre de la supertición de que él era hijo del mal y lo elevaba a la dignidad de ser hijo de Dios por la fe" 2060
"Este otorgamiento del espíritu del Hijo, preparó eficazmente la mente de todos los hombres mortales para el otorgamiento universal subsiguiente del espíritu del Padre, (el Ajustador) sobre toda la humanidad. En cierto sentido este Espíritu de la Verdad, es el espíritu tanto del Padre Universal como del Hijo Creador"2061
Es así como a partir de Pentecostés, Dios dejó de ser una divinidad lejana y temible para convertirse en algo tan cercano y amado como lo puede ser la figura de un Padre, que mora en el Paraíso, pero también en la mente de cada ser humano, porque el Espíritu de la Verdad no fue otorgado sólo a los apostóles, sino a todos los hombres de todas las épocas y generaciones sin diferencia alguna, de este modo "la religión verdadera se libera de la custodia de los sacerdotes y de todas las castas sagradas y encuentra su manifestación real en el alma de cada hombre. La llegada del Espíritu de la Verdad, posibilitó una religión que no es radical ni conservadora, ni antigua ni nueva, no está dominada ni por los viejos ni por los jóvenes. La vida terrenal de Jesús provee de un punto fijo para el ancla del tiempo, mientras que el otorgamiento del Espíritu de la Verdad provee la expansión eterna y el crecimiento interminable de la religión que Jesús vivió y del evangelio que él proclamó."2064
Gracias a esta parte de Dios que mora en nosotros, y que ha convertido nuestro cuerpo en su propio templo, el hombre tiene la posibilidad cierta, de poder convertir su pobre e ignorante personalidad humana, en un potencial eterno, capaz de llegar a ser perfectos como lo es nuestro Padre. Tenemos todas las herramientas a nuestra disposición , sólo falta que nuestro libre albedrío y nuestra voluntad digan PRESENTE.
yolanda silva solano
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