"El sufrimiento o la alegría que el hombre siente son quizás las
únicas cosas de las que no duda. Puede dudar de lo que ve, de lo
que escucha y de lo que toca; pero jamás duda de lo que siente.
Si sufre o si se siente feliz, nadie puede persuadirle de lo
contrario. Cuando siente se introduce en el corazón de las
cosas, las saborea, las vive. ¡Cuántas personas no sienten nada
ante lo que están viendo! Ven una salida de sol, que es uno de
los espectáculos más hermosos de la naturaleza y no sienten
nada. ¿De qué sirve pues verlo? ¿De qué serviría ver el Cielo
abierto ante vosotros, si no sintierais nada ante este
esplendor?
Mientras que si sentís el Cielo, es como si estuviera
en vosotros e incluso ya no sentís la necesidad de verlo.
Debemos comprender que todo lo que vemos, tocamos y creemos
tener en nuestras manos, se halla en realidad lejos de nosotros.
Sólo lo que sentimos está cerca nuestro. Por esto la verdadera
clarividencia se halla en la sensación interior, profunda, y no
en la visión de algo externo a nosotros."
Omraam Mikhaël Aïvanhov