¿Cuánto tiempo os llevará persuadiros que entréis con regocijo en vuestra herencia espiritual?
Libro de Urantia, Pág.1820
Durante demasiado tiempo se nos educó que esta vida era un valle de lágrimas y que si queríamos entrar en el Reino de los cielos, debíamos hacer penitencias, sacrificios y adorar al Cristo crucificado para remediar nuestros pecados, pero no es eso lo que Jesús desea, él nos dice: Yo vine a este mundo para revelar a vosotros al Padre y conduciros a él, lo primero ya lo he hecho, pero lo segundo no lo puedo hacer sin vuestro consentimiento, porque el Padre jamás obliga a nadie a entrar en el reino." 1820 "El espíritu de la divinidad, se vuelve humildemente obediente a la elección de sus criaturas"150 pues "el ciclo está predestinado, pero la participación del hombre en él es facultativo, personal y experiencial" "El hombre debe tomar ese camino por su propia decisión y elección de su libre albedrío. 1232" porque ni siquiera el amor infinito de Dios podrá imponer la salvación a una criatura que no elija sobrevivir. 1638" pues "la compañía del Espíritu no está nunca matizada por la coerción, ni comprometida con la compulsión. 381"
Pero no es suficiente que el hombre desee entrar en el reino, es preciso que lo haga con la alegría que da el hacer lo que uno realmente quiere y no por temor al castigo y por tanto la vida para un hijo de Dios no es un valle de lágrimas y de sacrificios, porque sabe bien que es Aquí donde comienza su conocimiento y su acercamiento con ese Padre que está en el cielo, pero que por amor también quiso quedarse en la mente de todos los hombres.
Por tanto el Camino aun cuando en más de una ocasión se nos haga cuesta arriba, nuestro corazón debe estar rebosante de esa misma alegría que impulsa al andinista a escalar la montaña y poner todo su esfuerzo en llegar a la cumbre anhelada, porque desde el día de Pentecostés, "la llegada del Espíritu de la Verdad, purifica el corazón humano y lo conduce a formular propósitos de vida dedicado exclusivamente a hacer la voluntad divina y promocionar el bienestar de los hombres. El egoísmo queda neutralizado por este nuevo otorgamiento espiritual de altruismo, porque la felicidad de este Espíritu derramado, cuando se experimenta conscientemente en la la vida humana, es tónico para la salud, estímulo para la mente y energía infalible para el alma. 2065"
Una de las caracterísiticas esenciales de un hijo de Dios, debería ser su alegría de vivir y de disfrutar sanamente todo lo mucho bueno que la vida nos prodiga, porque "no es suficiente que el Espíritu se haya derramado sobre vosotros, él debe dominar cada fase de la experiencia humana y cada paso que des, debe ser de buena voluntad, cooperación inteligente y alegre.381"
yolanda silva solano