Memorias de Max Heindel y la Fraternidad Rosacruz...(III)
PARTE I
Max Heindel - La Orden Rosacruz y La Fraternidad Rosacruz.
Cuando llegó al Templo de la Hermandad Rosacruz, tal como le fue indicado, él estaba extrañamente sorprendido
pués previamente se había figurado este edificio como una hermosa y gran estructura, resultando ser bastante diferente.
El fue hospedado en lo que aparentemente era una modesta pero espaciosa casa de un gentil hombre de campo, un edificio
que nadie hubiera imaginado que podía ser la sede
de un tan antigüo y poderoso grupo de místicos. Cientos de curiosos,
hombres y mujeres, habían indagado en Alemania en sus ansias de encontrar este edificio, pero ellos, como Max Heindel,
se lo habían imaginado siempre como un noble y gran templo. Y así lo encontró él, cuando sus ojos fueron abiertos para
percibir el Templo espiritual interpenetrando y atravesando la estructura física.
Allí, como ya se dijo, los Hermanos Mayores le impartieron las enseñanzas de ese maravilloso libro, el Concepto
Rosacruz del Cosmos, que debía ser el principal texto de estudio de la Asociación que Max Heindel quería formar
La Fraternidad Rosacruz-. Ellos también le habían dicho que las 350 o más páginas de sus manuscritos deberían ser
ampliadas y reescritas cuando llegara a la atmósfera tan eléctrica de América. Max Heindel dudaba de esto, pués estaba tan
convencido y exaltado por las enseñanzas que había recibido de los Hermanos Mayores que no se imaginaba
reescribiéndolas, pero este era el caso. El llegó a
Nueva York con muy poco dinero pero con el espíritu en alto y rentó una
pequeña habitación en el primer piso de una casa de alquiler. Aquí trabajó durante los calurosos días del verano, desde muy
temprano en la mañana hasta muy tarde en la noche, sin siquiera tomarse el tiempo necesario para una correcta alimentación
y mantenerse sano. El se compró una caja de galletas de trigo e indicó al lechero que dejara una botella de leche fuera en
su puerta, esto constituía su ración diaria hasta adentrada la tarde cuando salía a caminar y comía suúnica comida del día.
Después del algunas semanas de intenso calor, él dejó Nueva York con rumbo a Búffalo, donde intentó dar lecciones
para solventar sus gastos, pués su
dinero comenzaba a acabarse. Pero no fue recibido con mucho interés aquí, por lo
que continuó viaje a Columbus, Ohio, donde encontró gran interés por sus enseñanzas y el apoyo necesario para continuar
con su libro. El dio su primer lección en esta ciudad en la tarde del 14 de noviembre de 1.908. Una artista, la señora
Mary Rath Merrill, y su hija, le ofrecieron amablemente dibujar los diagramas necesarios para explicar ciertos temasque
él
Esto fue en Columbus, Ohio, donde Max Heindel compró una máquina mimeográfica de segunda mano y comenzó la
reproducir las veinte lecciones de Cristianismo Rosacruz. Así pasó horas trabajando hasta muy tarde en la noche,
para hacer copias mimeográficas de cada lección, las que daba al concluir las clases a cada asistente. Formó aquí
un pequeño grupo que continuó difundiendo sus lecciones una vez que partió a Seattle. Su único ruego era con objeto
de lograr que el "Concepto Rosacruz del Cosmos" fuera impreso, pero las pequeñas contribuciones que recibía por sus
enseñanzas apenas le alcanzaban para su simple comida y el alquiler de una pequeña habitación. Al fin, juntó lo
suficiente para pagarse el pasaje de tren, viajando el día entero en última clase, pues no podía pagarse camarote.
Tenía una querida amiga en Portland, la señora Mildred Kyle, a la que había estado enviando el manuscrito
del libro que estaba escribiendo. Estaba alborozada por este trabajo tan maravilloso y comenzó a usar estas lecciones
en sus clases. También se procuró dos experimentados lectores de confianza para ayudarla a leer y hacer las
correcciones necesarias a medida que recibía el manuscrito. Ella fue la que lo alentó a volver a la costa oeste. También le
había prometido a Max
Heindel que una vez terminado su libro, ella interesaría a diez de sus amigas
para donar cien dólares con vistas a imprimir un trabajo tan valioso.
Otro amigo de Max Heindel era William Patterson, de Seattle, cuando leyó el manuscrito su primera impresión
fue que los conocimientos que
contenía eran muy avanzados para el mundo de entonces. Aconsejó esperar veinte años
que el mundo estuviera más preparado, pero cuando conoció los planes de la gente de Portland, en el acto se ofreció a
pagar la impresión y también llevó a Max Heindel a Chicago. Esto fue hecho, y así estos dos hombres pasaron algún
tiempo mientras M.A. Donohue & Co. imprimió las dos mil copias de la primera edición.
Antes que la copia de su libro fuera dada a la editorial, fue necesario que Max Heindel retipeara el libro
entero, pués lápices de cuatro colores distintos habían sido usados por quienes lo habían ayudado tan gentilmente
a preparar el manuscrito. Un trabajo muy valioso fue hecho por Tessie Brewster y Kingsmill Commander en la cuidadosa
edición. Max Heindel reescribió entonces las 536 páginas de su maravilloso manuscrito. Luego se le agregaron los
índices y algún que otro material, la lista de palabras y el índice por temas fue escrito por él para facilitar a
los lectores un estudio sistemático de
cada tema. Tanto la primera como la segunda copia de este gran libro fueron
hechas por Max Heindel en una pequeña y anticuada máquina de escribir Blickensderfer.
Con vistas a tener una estación central de distribución, cuando la primera edición de dos mil copias del
Concepto Rosacruz
del Cosmos fue terminada en Noviembre de 1.909, una mujer que manejaba una editorial Teosófica
en Chicago se ofreció para clasificar todos los pedidos que debían ser enviados. Ambas, la primera y la segunda ediciones
de este maravilloso libro fueron vendidas en la pequeña suma de tan sólo un dolar. Editoriales del este
comenzaron a interesarse en él y los pedidos eran cada vez más frecuentes. Max Heindel, en su gran y honesto
corazón
nunca descconfió de esta mujer, para él cada hombre o mujer eran honestos hasta que se probara lo contrario. La infeliz
sorpresa vino cuando Max Heindel, luego de unos seis meses, se enteró que la primera edición se había agotado, a pesar
de que él había recibido tan sólo quinientas copias, según le habían dicho.
Desafortunadamente, la verdad finalmente aprendida fue que esta mujer con quien él tenía depositadas sus
quinientas copias estaba endeudada con todos los editores que le habían confiado sus libros. Cuando fue presionada
a pagar esas numerosas cuentas, ofreció en pago de cada deuda la correspondiente cantidad de libros Concepto Rosacruz
del Cosmos, lo que rápidamente agotó la primera edición. Así, cuando Max Heindel requería libros para satisfacer los pedidos
de la zona noroeste de América, esta señora era incapaz de enviarlos.
Se hizo necesario entonces colocar una orden urgente para una nueva reimpresión, y financiarla era el verdadero
problema. La que escribe, pudo aportar una pequeña suma con el fin de posibilitar los primeros pagos de esta segunda
edición. Esta pérdida que al comienzo pareció una calamidad, resultó luego ser una verdadera bendición, pués la editorial
que había aceptado los primeros libros en pago, se había interesado en venderlos. Esta fue la manera de ampliar
magníficamente el horizonte, de lograr un campo de trabajo más amplio y de llevar los libros ante el público de una
manera mucho más rápida de la que había pensado Max Heindeil que podía lograrse a través del pequeño grupo de
miembros. Así, lo que en principio parecía una desgracia se tornó al fin en una bendición.
Luego de haber concluído Max Heindel su parte en el trabajo con su editor de Chicago, dictó cursos y clases en Seatle
y North Yakima, Washington,y en Portland, Oregon en donde encontró un campo fertil, y en el que atrajo a muchos miembros.
Luego reescribió la primera edición de Astrología Científica Simplificada (1.910), la que era un
escrito de 40
páginas.
Pero su corazón siempre le impelió a regresar a la parte sur de California, adonde había tenido su primer contacto con
el ocultismo. En sus primeros tiempos en Los Angeles, durante los tres primeros días en los que había estado trabajando
en Teosofía,había hecho muy buenos amigos y su compañera de estudios más cercana fue a la que más estimaba. Regresó
a Los Angeles al comienzo de Noviembre, 1.909, y sus pasos lo guiaron directo a la casa de su amiga Augusta Foss y su
hermosa y anciana madre, a la que había aprendido a amar como a su propia madre. Había estado lejos de sus amigos por
dos años y a pesar de no haberse comunicado con ellos, estos conocían bien los importantísimos contactos que había
logrado y el
trabajo literario que había
hecho.
|