Un alma que nace mujer ¿sigue siendo siempre mujer en todas sus vidas? ¿No puede
convertirse en hombre? Y ¿cuál es el intervalo entre dos encarnaciones?
Respuesta: No, el espíritu es bisexual y generalmente se expresa en sus vidas sucesivas
alternativamente como hombre y como mujer. Hay, sin embargo, algunos casos en los que,
de acuerdo con la Ley de Consecuencia, es preferible que un espíritu renazca varias veces
con el mismo sexo.
La ley es ésta: Conforme el Sol se mueve hacia atrás por las doce constelaciones según el
movimiento que llamamos presesión de los equinoccios, el clima de la Tierra, la flora y la
fauna van cambiando lentamente, produciendo así un nuevo ambiente para la raza humana
en cada sucesiva edad. El Sol tarda unos dos mil años en pasar por uno de los signos,
siguiendo esa procesión y en ese tiempo el espíritu nace generalmente dos veces, una como
hombre y otra como mujer. Los cambios que se producen en los mil años entre dos
encarnaciones no son muy grandes, y así el espíritu puede extraer experiencias de ese
alrededor ambiente desde ambos puntos de vista: el del hombre y el de la mujer.
Sin embargo, pueden existir casos en los que el tiempo cambia también. Ninguna de esas
leyes son inflexibles como las de los Medos y Persas, sino que son aplicadas por Grandes
Inteligencias para beneficio de la humanidad, así que las condiciones pueden modificarse
para satisfacer las exigencias de los casos individuales. Por ejemplo en el caso de un
músico. Este no puede encontrar el material requerido para formar su cuerpo en todas
partes. Necesita una ayuda particular para construir los tres canales semicirculares, de su
oído de tal manera que apunten tan exactamente como sea posible a las tres direcciones del
espacio; también necesita un auxilio especial para formar las delicadísimas fibras de Corti,
porque su capacidad para distinguir los tonos depende de ellas
En tal caso, cuando una familia de músicos con quien tenga relación se encuentre en
situación de dar nacimiento a un niño, puede ser llevado a nacer allí, aunque su estadía en
el Mundo Celeste no debiera terminar sino cien años después, porque quizás no pueda
ofrecerse una oportunidad nueva en dos o trescientos años más, posteriormente al tiempo en
el que debía nacer naturalmente. Entonces, por supuesto, ese hombre está más allá de su
época, y no puede ser apreciado por la generación en la que vive. No es comprendido, pero
aún esto es mucho mejor que al haber nacido más tarde de cuando debió nacer, porque
entonces se habría encontrado detrás de los demás.
Así es como muy a menudo vemos genios no apreciados por sus contemporáneos, si bien
son altamente estimados por las siguientes generaciones que pueden comprender su punto
de vista.
|