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FRANCISCO NIETO V.: EL SENDERO HACIA CRISTO...Y(II)
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De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 03/12/2009 16:35

 

 

EL SENDERO HACIA CRISTO...Y(II)

Francisco Nieto

 
LAS SIETE ETAPAS INICIÁTICAS

NACIMIENTO: El pesebre donde nació Jesús está representado en el hombre por el cuerpo de deseos,
el cuerpo que representa todo lo malo y más sucio que el hombre ha experimentado. Lo mismo
 que la Biblia dice que en Belén no había sitio para los padres de Jesús tampoco hay en
 el cuerpo de deseos sitio para el Yo superior ni para el verdadero Espíritu, por tanto,
 si queremos que nazca Cristo en nosotros debemos comenzar por purificar nuestro
cuerpo de deseos. Para que el nacimiento ocurra debe haber una unión entre el
corazón (representado por María) y la mente o corriente masulina (representada por
José) Este nacimiento del Poder de la Voluntad Creadora, hace que el hombre se
 convierta en superhombre y que los Ángeles canten “Gloria a Dios en las alturas y
paz en la tierra a los hombre de buena voluntad”, por el nacimiento de una
nuevo y amoroso Servidor de la humanidad.
¡Aunque Cristo naciese mil veces en Belén, si no nace dentro de ti, tu alma estará perdida!
Este es el Cristo que debe nacer en el hombre y para ello el aspirante debe dedicarse a
 este ideal de una manera seria y sincera hasta ser un verdadero imitador de Cristo en
 pensamiento, palabra y obra. Con este nacimiento se desarrolla un nuevo poder mental
y un nuevo y gran sentimiento de Amor sale del corazón; los valores humanos se
elevan y los intereses se hacen subjetivos para comprender que lo que vemos es temporal
y que lo interno es lo que verdaderamente es eterno. Es la consagración al servicio del
Templo o dedicación al servicio humanitario.

BAUTISMO: Aquí comienza una nueva vida dejando a la personalidad como aspecto
 secundario y así nos hacemos auxiliares invisibles conscientes, es el ascenso de la
 fuerza al corazón, el nacimiento del Ego sobre la personalidad. En este rito se unen los
centros de los sistemas nerviosos simpático y cerebro-espinal gracias a ciertas energías
psíquicas, lo que, a la larga hace que los vórtices giren de izquierda a derecha para que el
aspirante sea clarividente y recuerde lo que hace por las noches fuera de su cuerpo
físico. De este trabajo resulta también la unión del cuerpo pituitario y la glándula pineal,
es decir la liberación de la conciencia del cuerpo físico, siendo así siempre consciente
 tanto de día como de noche. El resultado del trabajo realizado en este paso trae consigo
el equilibrio entre la fuerza negativa y positiva, es decir, la capacidad de pensar con
 el corazón y sentir con la mente; además, el aspirante tiene la capacidad de contactar
con los habitantes de los mundos superiores. Este desarrollo es el
 resultado de todo lo mencionado hasta aquí.

LA TENTACIÓN: Ya hemos visto que para desarrollar la clarividencia y otros poderes
por medio de la elevación del Fuego Sagrado o serpentino, es necesario seguir los
pasos de Cristo y purificar los cuerpos y el carácter. Si no se hace así no puede haber
una clarividencia positiva y voluntaria, lo que implica responsabilidad y madurez
en el desarrollo espiritual. Es lógico, por tanto, que después del bautismo (adquisición
de poderes) venga la “Tentación” donde el aspirante será probado (como Cristo) para
ver si usa o no los poderes para beneficio propio, para vengarse, curiosear, satisfacer
 deseos negativos, etc. Las tentaciones o pruebas suelen estar relacionadas con el
cuerpo físico, de deseos y mental pero el aspirante que está preparado dirá como
dijo Cristo: “Yo no puedo hacer nada por mí.” Los poderes siempre deben ser usados
para ayudar a la humanidad y nunca en ningún otro sentido, por eso está escrito
que “Estrecha es la puerta y angosto el camino.” Esta tentación debe asegurar que el
nuevo ser se dedicará a la perfección y redención de la humanidad.

TRANSFIGURACIÓN: La trasfiguración de Cristo ocurrió ante sus más avanzados
discípulos (iniciados) mostrando así su gloria y esplendor como el Arcángel más elevado
 que era. En el aspirante espiritual, también ocurre en determinado momento del sendero
iniciático, exactamente cuando la glándula pineal y el cuerpo pituitario alcanzan el máximo
 desarrollo espiritual. Entonces, en el punto de unión de ambas, se crea un centro de luz
 que, progresivamente, termina rodeando el cuerpo del discípulo. Este es el resultado de
 la alquimia espiritual que desarrolla el aspirante al imitar a Cristo en su vida cotidiana,
 tanto en sentido físico como interno. Esta luz interna comienza por rodear la cabeza y
termina por hacer lo mismo respecto al cuerpo físico. Evidentemente, la unión de estas
glándulas es la culminación del Fuego Espiritual que se eleva hasta la cabeza por el cordón
 espinal poniendo en actividad positiva cada uno de los vórtices implicados en este proceso.
 Esto puede llevar varias vidas pero cuando se alcanza se puede afirmar que esa alma
ya no es de este mundo porque su conciencia se eleva hasta los mundos superiores
 donde puede contactar con las jerarquías y los habitantes que allí evolucionan.
Después de todo el trabajo anterior, el fuego creador llega a la garganta donde nos da
 el poder de la palabra creadora y el de sanar, para luego continuar hasta la cabeza
 haciéndonos seres del mundo espiritual. Esta es la definitiva entrada a la vida superior
 porque ya pensamos con el corazón y amamos con la mente. Es la asimilación de
 todo visto con los ojos del verdadero Espíritu.

GETSEMANÍ: Cuanto más atrás en la historia, vemos que el hombre ha sido una especie
 de animal que ha hecho grandes atrocidades y pecados en contra de las Leyes Divinas.
 Hoy hemos desarrollado la razón, lo que nos permite ver más claramente lo que es el
mal y, por tanto, no actuar dejándonos llevar por el cuerpo de deseos como en el pasado.
Sin embargo, el mal acumulado de ese pasado no se ha eliminado nada más que en
 una mínima parte y por eso, tenemos que hacerle frente. Esto se resume en una especie
 de Espíritu al cual tendremos que vencer con las armas de nuestro Espíritu Divino y con
 el poder alcanzado hasta el momento en que esto ocurre. Naturalmente que antes de
eso, el hombre ha de ser un habitante terrestre pero no pertenecer (en conciencia) a
 este mundo, es decir, no debe estar dominado por el cuerpo de deseos animal ni
sentirse atraído por nada material. Debido a esto, esta etapa se representa como un
sacrificio, el cual debe ir siempre acompañado de la frase: “Que no se haga mi voluntad
 sino la Tuya.” Las pruebas internas y externas que le surgen al candidato deben ser
 afrontadas como un verdadero Cristo para que dejen huella en el Alma. De aquí que
 el aspirante intente sentir lo que tuvo que sentir Cristo cuando veía tanto mal, tantas
 necesidades y tanto sufrimiento en el mundo. Este paso representa la identificación
con el sufrimiento de la humanidad, es la gran y última prueba que nos lleva a Cristo.

CRUCIFIXIÓN: “Si quieres ser mi discípulo, toma tu cruz y sígueme”, estas palabras
 dichas por Cristo representan esta etapa. Ya no se trata solamente de renunciación,
sino también de sufrir con humildad y responder con amor a todo lo que nos puedan
 hacer y decir por nuestra actitud ante el mundo. Actuar de acuerdo a la Voluntad
de Dios no es fácil en nuestros tiempos debido al egoísmo y al materialismo existente,
pero, si queremos conseguirlo, lo tenemos que hacer por medio de Cristo, es decir,
 renunciando a todo lo que nos atraiga en la tierra (placeres, fortuna, amigos, fama…)
sufriendo todo lo que nos digan y ocurra por actuar así, y devolviendo amor a
quien nos critique, difame o perjudique. Este trabajo concluye el desarrollo espiritual
y los efectos de la conexión del cuerpo pituitario y la glándula pineal, así el Gólgota
 (lugar de la cabeza) aumenta mil veces su luz (crucifixión) consumándose así el
matrimonio alquímico, la unión de las dos polaridades representadas por el Sol y la
Luna. El Fuego de Neptuno ilumina el séptimo centro y el iniciado puede
 decir: “Dios mío cómo me has glorificado.”

RESURRECCIÓN: En esta etapa alcanza el iniciado la gloria y el sentimiento del
verdadero amor, ese amor que todo lo abarca y que nos hace brillar con la Luz del Espíritu
inmortal. Esto significa que jamás se pierde la conciencia, ni en vida ni tras la muerte, por
 tanto, se cumplen las palabras de Cristo: “Yo soy la resurrección y la vida”; es el triunf
o sobre la muerte. Esta unión con Cristo significa que ya no se necesita renacer salvo
 que sea con la misión de ayudar a la humanidad.
Para que el ser humano pueda unirse a la conciencia de Cristo y, por lo tanto, estar
listo para recibirle en su segunda venida (en el aire) debe desarrollar el cuerpo-alma
por medio de adquirir los átomos luminoso y reflector (azul y oro) por medio del
servicio desinteresado y amoroso a los demás. Para conseguir esto, Cristo trae todos
 los años un aumento de los átomos superiores necesarios para la construcción de ese
 cuerpo-alma y, como resultado de esto, Cristo está construyendo la “Nueva Jerusalén”
 en los mundos invisibles, y quien alcanza su conciencia le verá en la parte etérica del
mundo físico donde Él realizará su segunda venida.

Este es el trabajo del verdadero alquimista, transmutar los metales (personalidad) en
oro (Espíritu) y eso solo se puede conseguir en el taller que nos ata a la tierra, el cuerpo
físico. La purificación se debe conseguir por medio del “Agua de Vida” que Cristo dio
a sus discípulos y seguidores, una Agua de Vida que, cuando se bebe, hace del cuerpo
 un cuerpo de Luz Espiritual. Este es el Cuerpo-Alma, el vestido de boda nupcial que, s
egún la parábola, quien no lo tenga no podrá estar presente en el
 banquete y será arrojado a la oscuridad.
Son muchos los trabajos que se deben hace sobre los diferentes cuerpos para
 desarrollar ese Cuerpo-Alma, veamos algunos:

Desarrollo del cuerpo físico. La transformación de este vehículo implica la asimilación
 de alimentos puros (no animales) y sanos y una correcta higiene y vida sana. Se trata de
eliminar los malos hábitos, la materia más grosera de nuestro cuerpo por medio de
alimentarse con productos sanos y naturales a la vez que se desechan los vicios
 perjudiciales como el tabaco, el alcohol y todo aquello que perjudique y que domine
al cuerpo y a la mente. Refinar y elevar las vibraciones del cuerpo físico implica facilitar
la transmisión y el conocimiento de los Maestros.

Desarrollo del cuerpo etérico. Como cuerpo de la vitalidad que es, debe proveer de vitalidad
 al cuerpo físico, por tanto es necesario cuidar la salud y no hacer derroches de energía
 innecesarios, aunque sí algo de ejercicio y de vida al aire libre. Como, por otro lado, en
 este cuerpo se forman los hábitos por medio de la repetición, es conveniente persistir
en los ejercicios y técnicas de desarrollo para crear buenos hábitos a la
vez que mueren los malos por inanición.

Desarrollo del cuerpo de deseos. Este cuerpo está influenciado constantemente por las
 emociones, sentimientos, deseos y pensamientos de las personas y del medio
ambiente en que cada persona se mueve. Por tanto, lo primero y más importante que
 hay que hacer es procurar enfocar la conciencia y la atención en las cosas o hechos
 que estén relacionados con el Yo superior, con el Alma. Se trata de procurar no emitir
deseos ni sentimientos negativos para eliminar su materia más baja (perteneciente al
Purgatorio) y, por el contrario, crear sentimientos y deseos que le purifiquen (los que
 causan la felicidad en el Cielo) Esta polarización atraerá todo lo positivo y, como un
aura protectora, rechazará lo negativo y, cuando se trabaje de esta forma durante
 bastantes años, será un fiel reflejo de lo que transmite el Alma. Así es que no se debe dejar
 dominar ni llevar de un lado para otro sino que debe estar sereno, imperturbable y
limpio de manera que solo refleje los deseos, sentimientos y aspiraciones más elevadas.
Cuando se está vigilante de los propios deseos y sentimientos; cuando uno lleva
una vida en busca de la unión con su Yo superior; cuando se llevan a cabo los
 ejercicios y oraciones recomendados por los Maestros y Hermanos Mayores; cuando
 uno aquieta la mente para, a través de la meditación, apaciguar la naturaleza de
deseos y emocional; cuando la persona lucha contra sus deseos más bajos y se
 esfuerza por desarrollar los más elevados; entonces esa persona está elevándose
hacia las regiones superiores del Mundo de Deseos para que, después de la muerte,
no sea atraído por el Purgatorio. Con el trabajo sobre este cuerpo se desarrollan
nuevas facultades y se aprende a afrontar los peligros del Mundo de Deseos.

Desarrollo de la mente. El fin o meta del cuerpo mental es unirse al Ego, es decir, ser
 usada por éste tan directamente que no permita que sea dominada por el cuerpo de
deseos ni que actué por su propia cuenta basándose en hábitos de pensamientos
ni por la influencia de otras mentes. Normalmente se necesita seguir las directrices
de un Maestro para vivificarlo hasta cierto grado y de forma independiente, es decir,
 para que sirva como vehículo para el Yo superior. Controlar la mente de una
 manera consciente y voluntaria es colaborar para la manifestación del Ego pero si,
además, practicamos el discernimiento, la observación y la meditación sobre asuntos
elevados, aceleraremos ese proceso. También es importante que el discernimiento
y la meditación traten sobre temas abstractos (filosofía oculta, simbolismo arcaico,
 matemáticas, cosmogénesis y antropogénesis, etc.) pues el propio Ego se encuentra
 en estas regiones del Mundo del Pensamiento y por tanto, servirá para acercarnos
 a Él. Si queremos transformar el cuerpo mental, como ocurre respecto a los
 demás cuerpos, debemos persistir en el esfuerzo con voluntad y sin ninguna
 pereza mental. La construcción de formas de pensamiento positivas; el desarrollo
 de ideales relacionados con el progreso espiritual; el hecho de comprender y
actuar sabiendo que los cuerpos son instrumentos y que deben ser usados
 correctamente, el hecho de actuar como el pensador y observar la naturaleza
de sus cuerpos con la intención de transformarlos; los cambios en la manera de
 pensar de manera que se puedan crear proyectos e ideas que desarrollen la
 intuición y el acercamiento a Dios; y vivir la vida interna de forma meditativa y
espiritual las 24 horas del día lleva consigo una nueva visión del mundo, una
 visión que debería ser similar a la expresada por Cristo. Cuando estos dos últimos cuerpos
 son trabajados de forma correcta comienzan a recibir algunas señales o pequeñas
visiones de los mundos invisibles, sin embargo, no por eso son fiables, sino que más
 bien llevan al engaño y por eso se necesita la guía de un Maestro. Pero cuando
 se hace bajo la dirección de un Maestro, además de conocer y saber actuar sobre
 las imágenes que se presentan ante la visión interna, se despiertan aspectos que
 nos hacen ser más sensibles ante el sufrimiento
humano y más serenos y sabios en nuestra vida.

Sin embargo, todo desarrollo espiritual, sea cual sea, debe tener como base la conservación
 de la “Fuerza de la Vida”, la energía creadora que utilizamos para pensar, hablar y
procrear y que, sin embargo, derrochamos a través del acto sexual con la única
intención de satisfacer nuestros deseos más bajos. Esta energía creadora es el
Elixir de Vida de los alquimistas y el trabajo simbolizado por éstos no era otro que
 la ascensión de esa energía desde la base de la espina dorsal hasta la cabeza.
 Por tanto, para que esta energía de vida ascienda vivificando los vórtices y
recorriendo todo el círculo, debe haber una pureza total en pensamiento, palabra y
obra. Todos los vehículos deben ser instrumentos del Cristo Interno y trabajar para
la voluntad de Dios, y esto lo tendremos que alcanzar todos algún día y en alguna
vida, porque: “Muchas maravillas viven y se mueven, pero
 la más maravillosa de todas es el hombre.”

 

 

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Mitzi Enviado: 03/12/2009 18:24
Beneficiosa es la amistad de una persona cuya energia creadora se centra en la cabeza, por qué empe~arnos en perseguirla...?  Recordemos a aquellos que fueron perseguidos, como terminaron sus acosadores?  Actuemos con cordura, seamos sabios...
 
 


 
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