El Arcángel Cristo pertenece a la Jerarquía Creadora de Capricornio, su hogar está en la parte
espiritual e invisible del Sol físico y desde ahí fecunda con sus rayos todo el sistema solar, por
lo tanto es el más elevado iniciado de los Arcángeles y representa al Sol dador de vida y de
Luz. En todos los tiempos, las escuelas y religiones han hablado de un Dios Solar. Los
Arcángeles son la segunda Jerarquía que está evolucionando por encima del hombre y
son los más expertos en manejar la materia del Mundo del Deseo o astral. Cuando Cristo tomó contacto espiritual con la tierra estaba dominada por la pasión,
esto fue en la época Lemúrica y Atlante, pero en la época Aria comienza a preparar su
descenso e influencia espiritual mediante un trabajo progresivo, es aquí cuando
Dios pone por testigo el Arco Iris bíblico. La humanidad hundida en sus pasiones, odios y rencores necesitaba un ser que la pudiera
salvar limpiando el planeta y para ello no podía ser otro que un Arcángel que eran especialistas
en el manejo de esta materia y, dentro de ellos, debía ser el más elevado en sentido
espiritual. Como no había tenido contacto con el mundo físico, no tenía posibilidad de
formar un cuerpo y por lo tanto necesitaba que se lo facilitaran. Para ello debía ser también
el ser más elevado de la humanidad y por eso se ofreció Jesús y se
preparó durante varias vidas antes. Jesús no había caído en la tentación de los Ángeles Luciféricos, desde la infancia fue
educado e iniciado por los Esenios que se les conocía como “sanadores del alma." Cristo se hizo cargo del cuerpo de Jesús en el bautismo que se practicaba sumergiendo a
la persona bajo el agua porque pensaban que un efluvio divino pasaba a través de la
mano de Juan y del agua. El bautismo de Jesús fue más largo de lo normal, y fue en
ese momento cuando Cristo descendió desde el mundo del Espíritu de Vida para unir
todos los cuerpos. Lo mismo que perdemos la conciencia cuando no tenemos aire para
respirar y nos vemos forzados a salir del cuerpo físico, así mismo Jesús se vio forzado
a dejar el cuerpo a Cristo. Si entonces el aura de Jesús era inigualable, cuando salió del
agua era infinitamente superior puesto que había descendido una gran Luz sobre Él,
Luz que simbolizaba la Paloma o Espíritu Santo de lo eterno. Es la única vez que ha descendido un Arcángel representando el Segundo Aspecto de
Dios (amor) gracias a ello, la humanidad está saliendo de la obscuridad y está recibiendo
la influencia de Cristo año tras año para que nadie se pierda y podamos llegar todos a la
perfección. Cristo influye en el Mundo de Deseos y del Pensamiento como una fuente
inagotable de Amor dispuesta a que todos nos acerquemos a su vibración y así mismo
lo hizo con sus apóstoles durante tres años. Lo mismo que nosotros tenemos que hacer frente al Guardián del umbral antes de poder
funcionar conscientemente en los mundos espirituales, así mismo Cristo tuvo que vencer
el Guardián del umbral de la tierra para poder trabajar y cumplir su misión, esto
comenzó con las tentaciones. Cristo es el Iniciado más elevado de la humanidad de los Arcángeles como lo es Jesús respecto
a la humanidad, por eso no podía ser otro el que se sacrificara por la humanidad. Antes de la
venida de Cristo eran muy pocos los que obtenían la iniciación y los que lo conseguían era
porque eran elegidos por haberse preparado inconscientemente para ello;
eran los guías de la humanidad. Con la venida de Cristo se purificó el cuerpo astral y mental del planeta, elevó la vibración de
los mismos y así abrió la puerta a la iniciación para toda la humanidad. Actualmente y a partir de
ese hecho está abierto el sendero hacia la iniciación para toda la humanidad, o sea, a partir de
que Cristo dio sus enseñanzas, todo el que quiera puede esforzarse por desarrollar su luz interior
para atraer la mirada de un Maestro que le enseñará lo que necesita para su desarrollo
y a utilizar los poderes latentes en favor de la humanidad. Como experto en el manejo de la materia astral e iniciado más elevado de la Jerarquía de los
Arcángeles que era, su obra consistió en compenetrar con su grandioso cuerpo Astral, Mental
y de Vida todo el planeta para purificar toda clase de partículas de esos mundos. Hay siete Escuelas Iniciáticas o de Misterios Menores donde se dan las nueve iniciaciones
o expansiones de conciencia y, cinco de Misterios Mayores que están el plano etérico donde
se dan las cuatro iniciaciones mayores; las siete menores tienen o tendrán una
representación física -según necesiten las personas de esa zona del planeta- Estas
escuelas están formadas para las personas que necesitan dar un paso más en su
evolución y, por lo tanto, están listos para asimilarlas. La Iniciación no es un ritual previo para entrar a una secta previo pago de dinero, por
donaciones o por llevar mucho tiempo en ella, es el resultado de un largo y sacrificado
trabajo que hace que nuestros cuerpos invisibles brillen y atraigan la mirada de un
maestro que será el que nos la de en los mundos invisibles que es donde Él está.
La iniciación es la culminación de la vida de discípulo y es el resultado inevitable
del mérito obtenido a través de las últimas vidas. La iniciación es una expansión de
conciencia en un mundo superior y la preparación para el desarrollo de los poderes
internos. No es fácil adquirir la primera iniciación en una sola vida. Las imágenes que mejor representan a la Escuela de Misterios Menores para los cristianos
son las de Cristo con sus doce discípulos, pero todas las escuelas de Misterios están
formadas sobre líneas cósmicas, como son los números 7 + 5 + 1 = 13. Pero también las
escuelas Menores (7) y las Mayores (5) están bajo la dirección de una gran inteligencia
que, a su vez y como cabeza de la orden, representan los 12 que ocultan al decimotercero,
normalmente conocido como “El Liberador”. El cristiano místico y los verdaderos
ocultistas, además de aceptar y comprender el significado de la Biblia, saben que José y
María fueron grandes iniciados y Maestros de las Escuelas de Misterios, y que Jesús era
el Ego más evolucionado de los humanos. De la unión espiritual, a modo de sacrificio,
que hicieron José y María se formó el cuerpo más perfecto que debía ser utilizado por el
Arcángel Cristo para cumplir su misión de “salvar a la humanidad.” Por consiguiente, el
verdadero ocultista y cristiano místico sabe que el hombre es un Dios en formación
pero que para llegar a Su Padre lo tiene que hacer por medio de Cristo. El Sendero
de Iniciación y de Santidad es el que confirmará al hombre aquello que dijo Cristo de
que: “Las cosas que yo hago las haréis y mayores aún.” Dijo Jesús a Nicodemus: “En verdad, en verdad te digo, si uno no nace de nuevo, no
puede ver el reino de Dios.” El aspirante espiritual debe comenzar por espiritualizar su
carácter y por cumplir unas normas y ejercicios que le son dados en la escuela
que pertenezca o en la vida misma, esto es el probacionismo. Cuando lo merezca
porque haya acumulado suficiente poder, tendrá contacto con algún Maestro, el
cual le instruirá como discípulo y, a partir de ahí y particularmente en occidente,
comenzará el Sendero de Iniciación cristiano. Este Sendero está relacionado con el
despertar del Fuego Sagrado, el Fuego del Espíritu que duerme en el plexo sacro y
que se depositará en los centros o vórtices (chacras) según va ascendiendo hacia la
cabeza. Este Fuego Sagrado es el poder del Amor de Cristo en el hombre. Este
proceso alquímico (regeneración) es el que une la personalidad con su Yo superior,
como dijo Hermes: “Separa lo sutil de lo tosco, atrae el fuego interno desde las más
bajas profundidades de Saturno (plexo sacro) y elévalo hasta la Casa de Aries (cabeza).
Deja que Mercurio (razón) sea el intermediario y que las palomas de Diana (Venus o
amor) sean tu presentación.” Naturalmente que para conseguir esto debemos alimentar
ese Fuego espiritual con nuestras obras, y por eso mismo se dice que Cristo es la Piedra
Filosofal. Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida y si queremos conseguir la iluminación
y la liberación del renacimiento, le debemos imitar en todo y seguir sus pasos.
La misión de Cristo consistía en: 1º.- Purificar el planeta 2º.- Dar una enseñanza que necesitaba parte de la humanidad 3º.- Quedarse como Espíritu Planetario para purificar el planeta y dar su vida cada año hasta que la humanidad sea capaz de elevarse sobre el mal.
Nuestra misión consiste en: 1º.- Tomar conciencia del bien y del mal 2º.- Buscar la Verdad que nos llevará hacia lo elevado 3º.- Adquirir la conciencia de Cristo para poder actuar como Él y predicar su evangelio en pensamiento, palabra y obra.
¿Cómo podemos adelantar por medio de Cristo? Cada año purifica el planeta y nos deja
una vibración más elevada en el mundo astral y el mental para que todo aquel que se
esfuerce pueda aumentar su espiritualidad y, así, elevarse a Su Reino. Por tanto, los
medios los tenemos, solo nos falta la voluntad y la persistencia, una vez dispuestos
deberemos pasar por una serie de etapas que normalmente se
conocen como “El Sendero hacia Cristo”
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