¿COMIÓ CRISTO JESÚS DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN?
PREGUNTA:
En el capítulo 24 de Lucas se narra que después de la Resurrección, Cristo apareció a Sus
discípulos diciendo: "Palpad, y ved"; también se cuenta que el comió. ¿Cómo es esto posible,
porque El apareció en el cuerpo vital?
Respuesta: la respuesta a esta pregunta implica la comprensión de los principios de
Materialización. Cuando un médium de materialización es usado por los espíritus para el
propósito de manifestarse o aparecerse ante el auditorio, ellos primero extraen el cuerpo vital,
o tanta cantidad de éter como necesitan, del cuerpo del médium, dejando al cuerpo denso en el
gabinete en un estado terrible y contraído. Esto es algo tremendo para gente no acostumbrada
a ver tales fenómenos. Con este cuerpo vital el cual, a propósito, ha sido fotografiado por los
científicos, puesto que la cámara registra rayos invisibles al ojo producen fácilmente los
fenómenos deseados, porque es una cosa viviente y atrae materia con avidez siempre que no
haya sufrido colapso en la manera que lo hace poco tiempo después de la muerte. Los espíritus
interponen átomos físicos de la atmósfera circundante después de hacer una matriz (molde)
con el cuerpo vital del médium, y con ella modelan un cuerpo con cualquier forma que el
espíritu que se va a materializar quiera asumir.
El cuerpo vital de un médium puede ser usado por un número indefinido de espíritus durante
una sesión, revistiéndose cada uno de ellos de la sustancia plástica y llenándola con átomos de
la atmósfera circundante, aún tomando prestado de los asistentes, quienes muy a menudo se
sienten muy fatigados después de salir de la sesión.
Durante accidentes por ahogamiento o asfixia la persona se siente muy calmada y descansada
después de la primera lucha, aunque comprende su peligro en cierta medida. El cuerpo vital es
extraído antes de que el cordón plateado haya sido cortado; así es que retiene las propiedades
de atraer materia del mundo físico. Por lo tanto, las personas que mueren por ahogamiento o
asfixia, han sido vistas por sus parientes a muchos miles de millas de distancia, tal vez por un
instante, con extrema apariencia de vida. Una inclinación o deseo de estar con sus amigos, de
los cuales estaban separados, había estado en sus mentes por largo tiempo, tal vez, y estando
libres de los vínculos del cuerpo, se transportan instantáneamente a ese lugar con las alas del
deseo. Llegados al lugar, el cuerpo vital atrae hacia sí suficientes partículas atmosféricas como
para hacerse visible a la persona visitada. Entonces, tal vez, en ese momento el cordón
plateado se rompe, el cuerpo vital se paraliza y la visión desaparece.
Así vemos que es una propiedad del cuerpo vital atraer materia física hacia sí, y es mucho más
fácil para uno al dejar el cuerpo inconscientemente, atraer partículas físicas a su cuerpo-alma,
que dejarlas escapar. El cuerpo-alma, por supuesto, no está sujeto a la muerte, ni al colapso, ni
a la descomposición. Por consiguiente, se comprende muy fácilmente que el Cristo pudiese
haber usado ese vehículo para atravesar las paredes del aposento donde los discípulos se
habían congregado, y allí atrajo hacia Sí el material necesario para aparecerse en un vehículo
físico que se desintegró en el momento en que Él deseó abandonar el lugar. Sin embargo, es
digno de notar el hecho de que es la desintegración la que requiere esfuerzo, y no la atracción
de materia física.