Respuesta: El clarividente educado que puede leer en la memoria de la Naturaleza puede
observar la vida de una persona desde su estado actual hacia atrás, hasta la niñez. Entonces
la verá en su infancia, la seguirá en su período de gestación cuando el espíritu entró en el
seno de la madre. Podrá seguirla en su vida celeste y en el Purgatorio, llegando hasta el
tiempo de su muerte en la vida anterior, y siguiendo siempre hacia atrás podrá contemplar
toda su vida pasada. Pero en el caso de un adulto, como el tiempo transcurrido es
generalmente mil años o más, por supuesto, es posible, cuando no hay otro medio de
verificación, que eso sea una alucinación. En el caso de los niños que no han alcanzado aun
la pubertad el intervalo entre encarnaciones es comparativamente corto. En tal caso es muy
fácil comprobar un renacimiento entre las propias relaciones, y esto en realidad constituye
parte de la educación de los discípulos de los Hermanos Mayores. Se les indica a un niño
que esté a punto de morir y se les dice que lo observen en el mundo invisible durante uno o
dos años, siguiéndolo pasó por paso hasta que renazca, quizás con los mismos padres o con
otros. Cuando el discípulo ha seguido así a un Ego a través de los mundos invisibles, desde
una muerte hasta el próximo nacimiento, sabe con toda seguridad que el renacimiento es
una ley de la Naturaleza, y muy a menudo tiene oportunidad, debido a otras
investigaciones, de proseguir esos estudios en las vidas pasadas de muchos individuos.
Pero todavía puede preguntarse: la clarividencia de la que se habla como medio de
investigación, ¿no puede ser una alucinación? Aunque el clarividente sea perfectamente
honesto ¿no puede ser víctima de una visión quimérica? En contestación a esto puede
replicarse que el clarividente tiene todos los días a su disposición para verificar sus
observaciones. Cuando un hombre visita la ciudad de Nueva York y la ha visto, nunca
podrá decirse a sí mismo: ¿será cierto que la he visto? El ha estado allí y la conoce y así
sucede con el clarividente. A veces cuando deja su cuerpo, se encuentra y trabaja con
personas a quienes no conoce en su vida ordinaria. Más tarde puede ser invitado a visitar a
esos amigos del mundo invisible; puede viajar e ir a una ciudad mediante su visión
clarividente, ciudad en donde él será un extraño; puede encontrar la casa y la calle
clarividentemente y ser reconocido por su amigo... Puede entonces conversar con esos
amigos de cosas y lugares que hicieron y visitaron en los mundos invisibles, y si tuvo
alguna duda sobre la realidad de su vida fuera del cuerpo físico se convencerá así de la
realidad de sus experiencias fuera del cuerpo. Sabrá que sus amigos no son extraños para él,
sabe que no puede haberse ilusionado, que sus trabajos y experiencias de los mundos
invisibles son tan reales como su vida, como sus trabajos y experiencias de aquí.