CURACIÓN DE LOS ENFERMOS
PREGUNTA
¿Cómo cura un Iniciado a los enfermos? ¿Por invocación de un poder superior o por medio de
su propia concentración? ¿Existe alguna diferencia entre el primero y el ultimo método? ¿Si la
hay, cual es?
Respuesta: En la forma en que está hecha la pregunta, es difícil contestarla. Si bien es cierto
que conocemos ciertos métodos de curación, también creemos que la elección del método es
cuestión de temperamento, y los diversos sistemas son probablemente usados a tiempos
diferentes por todos los Iniciados según lo requiera la ocasión. Sabemos que en ciertas
ocasiones el Cristo se dirigió al Padre, mientras llevaba a cabo una curación. Otras veces,
cuando estaba en medio de una multitud y alguien le tocaba, el poder de curar se observaba
que había salido de Él, y sin duda sanaba al que había absorbido esa fuerza. Todos los que han
seguido sus pasos han variado indudablemente sus métodos para adaptarse a las
circunstancias. Pero en último análisis la fuerza de curación es la misma, porque emana de
nuestro Padre Celestial, que es el Gran Médico, y todo Iniciado o Sanador absorbe de su
Divina fuerza tanto como sea capaz de contener, dándola según los requerimientos de cada
paciente que la implore.
Si usted lee el artículo "Cómo curamos a los enfermos", en la sección de curación y salud de
la revista Rays from the Rose Cross, número de septiembre de 1915, hallará una descripción
de nuestro método, artículo que arrojará considerable luz sobre este tema. (Ver también el
capítulo VIII de Principios Ocultos de la Salud y Curación). En el mismo número de la revista
hay un artículo por Stuart Leech, M. D., relatando cómo salvó de la necesidad de llevar a cabo
una operación quirúrgica visitando al paciente en la noche cuando se encontraba fuera de su
cuerpo, materializando las manos dentro del cuerpo del paciente, y arreglando el trastorno de
modo tal que el enfermo estaba curado a la mañana siguiente, más allá de la necesidad de serle
aplicado el bisturí. Esto probablemente ilustre el asunto en el sentido de que el Iniciado
dispone de considerable libertad y radio de acción, lo mismo el Auxiliar Invisible, cuando se
trata de corregir las condiciones morbosas del cuerpo. Como antes dije, el bálsamo de
curación procede de nuestro Padre Celestial, y no importa quién haga el trabajo o qué método
use para impartir salud al doliente, la gloria y el honor pertenecen sólo a Dios.
MAX HEINDEL