Reyes Magos Se nos habló de idílica doncella que alumbró a singular Rey sin espada, de pastores durmiendo en la vaguada, de la canción angelical más bella. Se nos contó la historia de una estrella abandonando la órbita asignada, luz que en la noche alumbra la pisada que deja en el desierto larga huella. Y de oro, incienso y mirra nos hablaron... Nuestras almas de niño se agitaron, y en sueño electrizante nos sumimos. ¿Quién vio a los Magos cabalgar camellos? ¿Y qué, si nadie vio? ¿No fueron ellos causa del alborozo que tuvimos? Francisco Alvarez Hidalgo
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