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General: EL HUERTO INTERIOR
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: ROGER  (Mensaje original) Enviado: 22/01/2010 17:51

El desbrozar del Huerto Interior

       

Paz, esperanza y amor.

Hablo con amigos de Arpas Eternas reunidos en este recinto para formar en las filas heroicas de "Fraternidad Cristiana". Digo heroicas, porque alguna vez tendréis que olvidar vuestros deseos y gustos para pensar en el deber que tenéis para con los demás.

Soy un viejo esenio, compañero vuestro de otras edades lejanas; mi severo y áspero lenguaje quizá forme ante vosotros un duro contraste con la dulce melodía de nuestro hermano Hilarión, que es una arpa viva de la legión de Amadores. Recordaréis seguramente a aquel anciano Tholemi que, en el santuario del Tabor, descorrió ante Jhasua adolescente el gran velo que oculta a las almas recién llegadas a este plano, las espantosas tinieblas de la vida, sus terribles precipicios, sus tremendas encrucijadas y los posibles tropiezos que a veces hacen fracasar incluso a los espíritus más esforzados y valientes.

El Niño-Luz tembló como un pajarillo asustado, ante el horrendo panorama que mi austera palabra de luchador con fieras tempestades esbozaba ante su vista, hasta el punto de que allí mismo surgió en su mente la idea de recluirse para siempre en las grutas del Tabor.

Si tal os sucediera a vosotros, os diría como a él: que no es en la reclusión perpetua donde se siembra la simiente de Cristo, sino en medio de vuestros semejantes, agobiados de incertidumbre en las tinieblas de senderos extraviados y desconocidos a donde fueron llevados ciegos, por otros ciegos a quienes por su soberbia les fue quitada la Luz Divina, según la palabra profética de nuestro Divino Maestro.

Nuestro hermano Hilarión, con su palabra sutil y melo­diosa como una música celestial, os esbozó la noche pasada lo que es esta "Fraternidad Cristiana" que habéis creado en este paraje de la tierra, con miras a extenderla hacia todas partes donde palpitan corazones humanos; y a través de su frase galana de poeta os habéis imaginado un vergel poblado de flores y de esencias, a la luz resplandeciente de un nuevo amanecer pleno de esperanza y de promesas magníficas. Y así es, en efecto, si vosotros estáis resueltos a que así sea.

Pero, amigos míos, las más bellas creaciones exigen también grandes y hasta heroicos esfuerzos, y es bajo esta faceta del prisma maravilloso, que vuestro hermano Tholemi os hará ver el cuadro de nuestra Fraternidad Cristiana en esta noche en que la Divina Ley me permite llegar a vosotros como un compañero del largo viaje. Lo hice antes que vosotros y aún me falta mucho por andar; las experiencias recogidas son como flores de luz que iluminan mi senda y pueden iluminar también la vuestra, ya que viejas alianzas nos unen en el infinito seno de Dios.

"Fraternidad Cristiana" no es una Institución con fines de propaganda pública al exterior ni con aspiraciones de engran­decimiento material alguno.

Es una escuela esenia, silenciosa y mística, de meditación y cultivo interior individual, donde cada alma sola con Dios soluciona sus problemas íntimos a base de esa sincera lealtad que le hace reconocer sus propias deficiencias y buscar en la infinita Bondad de su Padre Creador la luz y la fuerza para redimirse a sí mismo.

El Cristo Divino se sacrificó hace veinte siglos por la redención  de  esta  humanidad que,  en su  gran  mayoría, es aún esclava de la incomprensión y de la ignorancia de la Divina Ley. Esa ignorancia y esa incomprensión son las ca­denas de hierro que la arrastran irremisiblemente al dolor.

A eso viene nuestra Fraternidad Cristiana, silenciosa y mística, meditativa y solitaria: a llevaros de la mano como una dulce madre que os quiere buenos, perfectos y felices. Y su mano suave y cálida, de amores maternos, os señala vuestro huerto interior, vuestro jardín oculto, al cual quizá pocas veces bajáis, absorbidos siempre por las exigencias cada vez mayores de la vida material a la cual consagráis de seguro todas vuestras actividades y todas vuestras energías.

¿Es que habéis olvidado que el Padre Creador os hizo el don precioso de un huerto divino para cultivar y al cual dejáis tristemente cubierto de abrojales y de espinos donde sólo los búhos y los reptiles podrían anidar?

El alma humana, chispa divina emanada de Dios, llora silenciosamente aherrojada por las duras exigencias de la materia y busca como el cautivo, su libertad en horizontes de luz y de amor, con fuentes claras para beber, con oasis de fresca sombra que la amparan de los vendavales de fuego con los cuales le azota la vida.

Nuestra Fraternidad Cristiana viene a crear para vosotros esos oasis de suave frescura, esas fuentes de aguas claras que apaguen vuestra sed; esos huertos silenciosos y místicos que vuestro Yo íntimo, señor de vuestra vida, desbrozará de abrojales y de espinos, limpiará de malezas, removerá la tierra hasta el fondo para sembrar la simiente del Cristo, la Divina Ley grabada a fuego en nuestra propia vida como un calco maravilloso, que hará surgir en torno de vosotros las flores divinas de la paz, la salud, el amor, la amistad, en fin, esa divina fraternidad esbozada por el Cristo hace tantos siglos y aún no realizada sobre esta tierra.

Tales son los programas de nuestra silenciosa Fraternidad Cristiana.

Muchas instituciones ideológicas pueblan el campo espi­ritualista y todas ellas consagran sus talentos y energías a la difusión de teorías más o menos elevadas y en acuerdo con las eternas Verdades, con el deseo de descorrer los velos de ignorancia que todavía mantienen a esta humanidad en pa­ñales.

Sin hacer oposición alguna a esas nobles actividades, nuestra humilde agrupación de almas, da un paso más adelante y más seguro, a mi entender, en las realizaciones buscadas.

Es el cultivo individual de cada alma, que se acerca con el firme y decidido anhelo de su propio mejoramiento, de su propia elevación moral y espiritual para ponerse así en condiciones de colaborar en el progreso y elevación de la humanidad.

El buen hortelano que limpia y cultiva su huerto, riega su plantación y, tijera en mano, poda sin miedo sus árboles de retoños inútiles y dañinos, los preserva de las heladas que queman y de los vientos ardorosos que desgajan y destruyen, es el único que podrá ofrecer a los viandantes fatigados de la vida la belleza de sus flores y las dulzuras de sus frutos para saciar el hambre y la sed de quienes absorbidos por la vida disipada al exterior, sin la luz de superiores ideales y sin finalidades que trasciendan a lo perecedero e inestable, se encuentran con el corazón vacío y seco, agotado por ansias insatisfechas, asomados a un pozo sin fondo que con nada consiguen llenar.

Hermanos de Fraternidad Cristiana que escucháis en silencio a este viejo esenio, compañero vuestro que os ha precedido en los caminos eternos: decidíos esta vez para siempre.

A puerta cerrada en vuestro huerto interior, estudiad seriamente vuestros más íntimos problemas que, para eso es la oración silenciosa de la alcoba, y cuando hayáis descubierto a la luz de la antorcha del Cristo Divino, qué espinas deben ser arrancadas de raíz, qué árboles deben podarse, qué zar­zales deben ser quemados y destruidos, tened el valor de la sinceridad y lealtad con vosotros mismos; lealtad para con el Maestro Divino al que venís enlazados desde largas edades y que espera seguramente que a la terminación de este ciclo de evolución, entraréis en la gloriosa avanzada de la huma­nidad del porvenir en la cual florecerá el amor fraterno tal como Él lo soñara desde tantas edades atrás.

Hortelanos sois de vuestro jardín interior, que espera sin duda vuestra decisión, vuestra solicitud y afanosos cuidados para producir el ciento por uno, según la clásica frase del Divino maestro.

Él contemplará vuestra labor, alentará vuestros esfuerzos y cuando desfallezcáis en la penosa lucha con la esterilidad del terreno, con la vigorosa crecida de espinos y de breñales, con los vientos de fuego de indomables pasiones y de fieros egoísmos, desde lo alto de su cielo de luz y de amor, os envolverá piadosamente en sus ternuras de amigo eterno que sabe valorar los esfuerzos del alma encarnada por libertarse del cautiverio y elevarse a la altura de sus eternos destinos.

Que Él sea vuestro amparo y fortaleza en la pesada tarea que comenzáis para vuestra purificación. Que la paz sea con vosotros.
 
JRLA





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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: ♥Cherry♥ Enviado: 23/01/2010 10:35
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