FRANCISCO NIETO
El problema del sexo tiene su mayor significado e importancia ahora porque la humanidad
está empezando a utilizar el discernimiento y la meditación para acelerar su propio
desarrollo. Es el momento de enfrentarse a nuestro peor enemigo, el aspecto animal del
cuerpo de deseos que, junto a los Ángeles Luciferes, es el que nos hizo caer en el uso
y abuso de la función creadora para satisfacer los apetitos carnales. El hombre ha
pervertido las facultades creadoras otorgadas por Dios para alcanzar sus objetivos
egoístas y materialistas pero ya va siendo hora de que aprenda el verdadero
sentido y propósito del sexo. Debe aprender el verdadero simbolismo de la relación
sexual si quiere descubrir el aspecto espiritual de la vida y del ser. La Ley del Amor
o de Atracción (del sexo) es la ley que relaciona la vida con la forma (lo superior con
lo inferior) para que se cumpla el propósito de Dios sobre la creación. Por
consiguiente, el sexo
se considera una función sagrada y creadora como podemos ver en la vida de Dios sobre
el sistema solar, la del Espíritu sobre la materia, la germinación de una planta
o el nacimiento de un animal. Es muy posible que cuando los gobiernos modernos y democráticos aprueban leyes
para la educación de la sociedad, y más concretamente de la juventud, sobre
el sexo, muchos conservadores y religiosos piensen que no es bueno porque se
puede incitar a la práctica abusiva del mismo. La educación sexual hace un buen
papel en sentido informativo y, sobre todo, en sentido de prevención de enfermedades,
sin embargo, hay que dar la razón en parte a los que piensen que no es necesario ya
que, por medio de esta información demasiado liberal, la práctica del sexo se ha
hecho tan común como ir a divertirse y emborracharse o drogarse en el fin de semana.
¿Y todo por qué? Pues porque se educa en sentido de interpretar el sexo como
un impulso biológico de la naturaleza al que hay que satisfacer de una forma natural
y porque los propios educadores no saben nada del origen y naturaleza de la
energía creadora que se está mal utilizando. Por otro lado, se fomenta la relación sexual a través del cine, la televisión y de cualquier
otro medio de comunicación y ocio sin saber tampoco que esa energía creadora,
que también utilizamos para hablar y pensar, procede del mismo Dios y se
debería utilizar de forma generadora y regeneradora en nuestra vida personal y
más aún en sentido de la procreación puesto que es el medio por el cual nuestros
hermanos en espíritu renacen para poder evolucionar. La verdad, sin embargo, es
que hasta que el hombre no aprenda a transmutar o utilizar esa energía creadora
por medio del pensamiento y del trabajo espiritual tendrá que sufrir la enfermedad
y la muerte bajo la Ley de Consecuencia a modo de pago por pecar contra las Leyes
Divinas y contra el Espíritu Santo que es el que tiene a su cargo la formación
de los cuerpos físicos Está bien la educación sexual como prevención de las enfermedades pero es que
precisamente esas y otras enfermedades son el efecto del mal uso y del abuso de esa
energía sexual, luego entonces, la solución estaría en educar a los padres para que sepan
educar a los hijos respecto al sexo. Está claro que no es fácil en los tiempos que corren
a no ser que los padres hayan alcanzado un grado de desarrollo espiritual que les
permita comprender esto pero, aun así y sin que sepan nada de ocultismo, se les
puede explicar poniendo como ejemplo a las personas que dedican su vida a Dios
y a servir al prójimo, es decir a los sacerdotes, monjas, misioneros, etc. Cualquiera
de estas personas que cumpla verdaderamente con sus deberes y con el compromiso
o promesa que hizo, estará siempre ocupada con las cosas de Dios, por consiguiente,
no podrá estar en las cosas del diablo. Cualquier aspirante espiritual ocultista sabe que
toda acción tiene su origen en la mente porque, aunque proceda de un impulso o
instinto, si se sabe razonar y controlar la mente se puede transformar, por tanto,
quien tiene en su mente todo el día pensamientos elevados, oraciones, ideales
espirituales para practicar, voluntad de servir allá donde pueda, etc., no puede albergar
nada que le pueda estimular el deseo sexual. Es más, cuando se lleva a cabo estas
prácticas se fortalece la voluntad y si tenemos una voluntad fuerte superaremos las
tentaciones que puedan llevar al mal uso de la energía sexual que, en ese sentido,
solo debería ser utilizada para crear cuerpos. Cuando los padres comprendan lo que intento explicar, como otros muchos lo han
explicado, estarán algo preparados para enseñar a sus hijos pero, aun así, no sería
suficiente. La energía creadora, como la que contiene cualquier semilla, es una
substancia espiritual y cuando se utiliza de forma descontrolada y para satisfacer
el deseo de placer más animal que humano, como el libertino o el depravado, se puede
acabar estéril o con una problema mental. Esta energía fecundadora también es
vida y, por tanto, longevidad, por ejemplo: El caballo semental se muestra intrépido
e impaciente, mientras que un toro castrado es mucho más dócil; cuando un agricultor
ve que un árbol va a dar mucha fruta procura quitar parte de ella para que la energía
creadora (vida) se utilice en el crecimiento de la cantidad adecuada y no acorte la vida
del árbol; la biblia misma viene a decir que el acto sexual físico, el fruto de la carne, es
el que nos lleva a la muerte y a pecar contra el Espíritu Santo que es considerado el
“Señor y Dador de Vida” a la vez que la castidad y la continencia, junto al trabajo
espiritual, genera inmortalidad. Pero claro, decir que hay que contener el deseo sexual es fácil y a la vez perjudicial si
no se hace correctamente. El cuerpo, como tal, no es puro ni impuro, y respecto al sexo
lleva consigo la posibilidad de la reproducción al igual que el de la nutrición y la
conservación; así es que el sexo, desde el punto de vista físico, se puede interpretar
como una función fisiológica. La pureza o impureza de una persona no radica en el
acto mismo (que se puede controlar) sino en el cuerpo de deseos y en la mente, es
decir, en que el hombre se deje dominar por sus deseos lujuriosos y pasionales y
no sepa utilizar su mente para contrarrestar esa fuerza y vencerla gracias a la meditación
y el discernimiento. Todo acto sexual que no sea hecho con la intención espiritual y
pura de procrear para facilitar la venida de un Alma, se considera pecado o un acto
impuro a la luz de las enseñanza ocultas, por el contrario, el acto hecho a modo de
sacrificio (sin deseo físico), con oración y con la mente en Dios, es un acto puro y atraerá
a un Alma elevada. Y es que, la unión entre dos personas debería servir solamente
para facilitar cuerpos físicos a los Egos que están esperando una oportunidad para
renacer, es necesario saber que cuanto más pureza en los padres, más elevado será
el Ego que atraigan para renacer. Como podemos ver, de una forma u otra y tanto a los padres más desarrollados como
a los menos, se les puede educar y explicar cuál es la verdadera función del sexo.
Éstos deben saber que esta energía espiritual puede utilizarse de tres diferentes formas
a lo largo de nuestra vida, como generadora, (procreación, palabra hablada y
pensamientos creadores), como degeneradora (sexo físico y pasional, malos
pensamientos, injurias, críticas, etc.), y regeneradora, cuando el hombre que ha caído
en cierto grado de degeneración, se regenera con la fuerza de la voluntad y del
pensamiento. Quien se degenera atrae hacia sí mismo y hacia su aura todo lo que
esté en sintonía con lo que es a la vez que irradia eso mismo, mientras que el que
procura ser casto y contener los deseos de sexo elevando la energía creadora hacia la
cabeza y al corazón está purificando sus cuerpos, despertando los poderes del Alma,
prolongando su vida y atrayendo lo bueno y elevado de los mundos superiores. Una
vez tenemos una pequeña idea de lo que es la energía creadora espiritual y el
uso que debemos hacer de ella, en nosotros está saber elegir cómo y para qué
utilizarla ya que de esto dependerán muchas cosas, tanto para la presente
vida como para las futuras. Si bien, para el mantenimiento de la vida, solo es necesario un aspecto o polo de esta
energía, para crear son necesarios los dos polos, uno dinámico que se gasta y que
debe encontrar un estado de equilibrio, y otro inerte y potencial que, encerrado en la
forma, queda en libertad por medio del estímulo del primero. Esto es, el polo positivo
o masculino estimula al negativo o femenino gracias al cual, este último, realiza la función
creadora como es el caso del embarazo en la mujer, por tanto, donde quiera que esta
acción y reacción se produzca (mundos, planos, cuerpos, etc.) esotéricamente se
produce el sexo. Hay quien piensa que el Espíritu no tiene sexo, sin embargo, el
ocultista sabe que tanto el Espíritu como el hombre y la mujer son bisexuales y
aunque, con un aspecto latente, son completos en sí mismos. El cuerpo masculino
tiene su contraparte femenina y lo mismo al contrario y eso mismo ocurre con los
diferentes cuerpos desde el propio Ego hasta el físico según sea el polo del futuro
cuerpo físico. Sin embargo, la futura humanidad no tendrá sexo desde el punto de
vista físico como no lo tuvo en el pasado cuando se reproducía por medio de esporas,
ya que, cuando el Ego absorba la personalidad y no necesite renacer como ahora,
existirá la fuerza como doble polaridad pero no como forma física de hombre y mujer.
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