Caleb era comerciante, fabricante de sandalias y un anotador meticuloso. El hilo de la historia incluye el deseo de Caleb de llevar sus años de escritos a Jerusalén, a un hombre llamado Isador, un asociado de Mateo, apóstol de Jesús.
Cuando era joven, Caleb fue testigo del milagro del agua transformada en vino en una boda celebrada en el hogar familiar. Este “milagro” fue realizado por un hombre conocido como Josué, cuyo séquito de
discípulos le proclamaba el Liberador de los Judíos. Caleb había llenado personalmente las jarras con agua y se quedó perplejo al ver que se servía vino de ellas. Se preguntó “¿cómo ha podido pasar esto?” y su curiosidad le llevó a seguir a Jesús durante todo su ministerio público.
Como resultado de este acontecimiento, Caleb se sintió atraído por este hombre y decidió hacer una crónica de todo lo que vio y escuchó. Pudo mantenerse a sí mismo y a su familia con sus ganancias como fabricante de sandalias.
A. Michaelson ha mezclado bellamente realidad y ficción en una historia sorprendente y fascinante de este (al principio) dubitativo judío. Reconfortante, esclarecedor y trágico,
El fabricante de sandalias dibuja un retrato de la vida de un hombre y su implicación en ¡lo que llegó a ser el evangelio. El Jesús de El libro de Urantia se está propagando por la comunidad cristiana y por el movimiento emergente de la iglesia a lo largo de las páginas de El fabricante de sandalias. Este libro ofrece una oportunidad de implicar a su familia o amigos cristianos en el Evangelio de Jesús sin mencionar El libro de Urantia. Lea las reseñas entusiastas en