Las diferencias en el nivel social de las razas y los grupos dentro de cada raza, son esenciales para el desarrollo de la tolerancia humana y el altruismo.
Libro de Urantia. Pág.726
Estas afirmaciones a simple vista parecieran contradecirse con la igualdad que Jesús nos predicó cuando dijo que el Padre no hacía diferencia entre sus hijos, sin embargo si nos detenemos a pensar el concepto de igualdad, es el fruto de la civilizacion y del avance espiritual, ella no está implícito en el ser humano. " Este ideal de la igualdad es el fruto de la civilización, no se encuentra en la naturaleza. Incluso la cultura misma demuestra de forma contundente la desigualdad inherente a los hombres a través sus muy desiguales capacidades mentales. La realización repentina y no evolucionaria de la supuesta igualdad natural, volvería a precipitar al hombre civilizado a las toscas usanzas de las edades primitivas. La sociedad no puede ofrecer los mismos derechos a todos, pero sí puede comprometerse a administrar los variados derechos de cada quien con justicia y equidad. Le corresponde e incumbe a la sociedad proporcionar al hijo de la naturaleza una oportunidad justa y pacífica de perseguir la auto conservación, de participar en la auto perpetuación, y al mismo tiempo, de gozar de cierto grado de auto gratificación, la suma de los tres constituye la felicidad humana.794"
La igualdad espiritual de la cual Jesús nos habla, no tiene nada que ver con "la homogeneidad de la raza humana, la cual no es deseable, hasta que los pueblos de un mundo evolutivo, logren niveles comparativamente altos de desarrollo espiritual.726"
Las razas son necesarias dentro del organigrama cósmico, pero "por mucho que los mortales de Urantia puedan diferir en sus oportunidades y dotes intelectuales, sociales, económicas e incluso morales, no olvidéis que su dote espiritual es uniforme y única. Todos ellos disfrutan de la misma presencia divina de la dádiva del Padre, y todos cuentan con el idéntico privilegio de poder procurar una íntima comunión personal con el espíritu residente de origen divino.63" porque "Dios otorga la misma recompensa, por igual fidelidad cuando hay menos oportunidades"1877 y cada uno tiene la suya, porque “cada raza de la humanidad tiene su propio enfoque mental sobre la existencia humana, por consiguiente la religión de la mente siempre debe ser fiel a estos varios puntos de vista raciales. Las religiones de autoridad no pueden llegar jamás a la unificación. La unidad humana y la hermandad de los mortales pueden ser alcanzadas tan sólo por la super dote de la religión del espíritu y a través de ésta. Las mentes raciales pueden diferir, pero la humanidad toda está habitada por el mismo espíritu divino y eterno” 1732.
Las diferencias raciales están intimamente unidas a la diferencia de creencias, por eso ante estas realidades sólo nos queda aceptar lo que con nuestra mente finita no podemos comprender y aprender a tolerar las opiniones ajenas, porque nadie es dueño de la Verdad. “Cuando los hombres reaccionan a la religión en un sentido tribal, nacional o racial, es porque consideran que los que no pertenecen a su grupo no son realmente humanos. Nosotros siempre consideramos el objeto de nuestra lealtad religiosa, digno de reverencia por parte de todos los hombres. La religión no puede nunca ser un asunto de la sola creencia intelectual o razonamiento filosófico, la religión es siempre y para siempre, una forma de reaccionar al actuar con reverencia, hacia una realidad que consideramos digna de adoración universal” 1780.
yolanda silva solano