¿Cómo puedes implorar a Dios que te tenga consideración por tus imperfecciones, si castigas a tus hermanos culpables de las mismas debilidades?
Libro de Urantia. Pág.1764
Las palabras que Jesús dijo en medio de una de sus parábolas sobre el perdón, son muy aplicables a la gran mayoría de nosotros, porque nos resulta tan fácil el criticar y el ver la paja en ojo ajeno e ignorar completamente la viga en el nuestro. Nuestra religión se ha vuelto acomodaticia y decimos con gran soltura "perdono pero no olvido" como si esto fuese posible... es una de las tantas inconsecuencias religiosas que desvirtúan completamente el mensaje del Maestro, quien cuando Pedro le preguntó: «Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí, y yo le perdonaré? ¿Hasta siete veces?» Jesús le respondió a Pedro: «No sólo siete veces, sino aun setenta veces y siete veces más.1762"
Perdonar significa olvidar la ofensa como si nunca la hubiésemos recibido, por tanto no hay rencor ni recuerdo alguno que nos separe de la persona que en un momento dado nos ofendió, en vez de enojarnos debemos empatizar con ella y pensar que pudo haber gatillado su corazón para actuar como lo hizo. El ponernos en los zapatos del otro nos ayuda mucho a limpliar nuestra mente de toda manifestación o pensamiento negativo, porque "el mal de un agravio no se corrige con la venganza, no podemos cometer el error de luchar contra el mal con sus propias armas.1580"
"Jesús no dejo nunca de advertir a sus discípulos contra la práctica de la represalia y su Buena Nueva era totalmente diferente a lo enseñando por la ley de Moisés que dice, "`ojo por ojo y diente por diente y cuando sus apostóles le preguntaron que deberian entonces ellos hacer, Jesús contestó: «Vosotros devolveréis el bien por el mal. Mis mensajeros no deben luchar con los hombres, sino tratarlos con dulzura. Vuestra regla no será `la medida con que medís, os será medido'. Quienes gobiernan a los hombres pueden tener tales leyes, pero no el reino; la misericordia determinará siempre vuestro juicio y el amor, vuestra conducta.1576"
¡Cuán diferente podría ser nuestra vida y que distinto sería el mundo, si estas palabras hubiesen tenido verdadero eco en el corazón de todos los que nos llamamos cristianos! Tratar a los hombres con dulzura...una palabra tan poco usada y menos prácticada. La dulzura es esa mezcla de comprensión, amor y perdón que se transmite más que en las palabras altisonantes, en los gestos cariñosos, en un abrazo, una mirada tierna, una sonrisa complíce...
Meditemos en estas palabras para no recibir una vez más la queja de Jesús cuando nos dice "debéis prestad oído a mis plabras, para que no cometáis nuevamente el error de escuchar mi enseñanza con la mente, mienras vuestro corazón no comprende el significado.2052!
yolanda silva solano