Dios vive en el hombre pero ¿cómo podemos inducir al hombre a liberarlo para que El pueda salir adelante y refrescar nuestra alma?
Libro de Urantia. Pág.1772
Parece mentira que ese Dios omnipotente que habita en el Paraíso pero también en nuestro corazón, necesite de nuestro consentimiento para actuar en nosotros, porque " esta presencia espiritual de la divinidad no es caprichosa ni arbitraria; su variante experiencial es inherente a la dote del libre albedrío de las criaturas personales. El factor determinante del diferencial de la presencia espiritual, existe en vuestro corazón y mente y consiste en la manera de vuestra elección, en las decisiones de vuestra mente y en la determinación de vuestra voluntad. De este modo, el espíritu de la divinidad se vuelve humildemente obediente a la elección de las criaturas de los reinos.150"
Debemos tener claro que "el hombre es criatura con albedrío, lo que constituye su mayor oportunidad y su suprema responsabilidad cósmica. De la integridad de la volición humana depende el destino eterno del finalista futuro y de la sinceridad del libre albedrío mortal, el Ajustador divino depende para su personalidad eterna; de la fidelidad de la elección mortal depende el Padre Universal para la realización de un nuevo hijo ascendente y de la constancia y sabiduría de las acciones y decisiones depende el Ser Supremo para la actualidad de la evolución experiencial .1212"
El albedrío, don único en el ser humano depende no sólo nuestra evolución personal, sino que también esta involucrado el TODO ¡qué pocas veces tenemos conciencia de esta tremenda responsabilidad! todo lo que hacemos o dejamos de hacer, tiene una repercusión cósmica pues " la identidad mortal es una condición transitoria de tiempo y vida en el universo; es real sólo en cuanto la personalidad elige volverse un fenómeno universal permanente. Ésta es la diferencia esencial entre el hombre y un sistema de energía: el sistema de energía debe continuar, no tiene elección, pero el hombre es responsable de la determinación de su propio destino. El Ajustador es verdaderamente el camino al Paraíso, pero el hombre mismo debe tomar ese camino por su propia decisión, por su elección del libre albedrío.1232"
Dios nos ama de forma inefable y por lo mismo respeta nuestras propias decisiones, El no es un Dios justiciero que esté imponiendo su ley, tampoco es un rey que reclame nuestra adoración temerosa, El es un Padre que sólo desea ser amado con plena libertad, somos nosotros, cada uno en forma personal quien debe aceptar y corresponder este amor de nuestro Padre, porque "ni siquiera el amor infinito de Dios, impone la salvación de la vida eterna a una criatura mortal que no elija sobrevivir.1638"
Dios voluntariamente no fuerza nuestra espiritualidad ni nuestra evolución, nos deja en libertad de escoger nuestro Camino, en cambio nosotros muchas veces queremos obligar a los otros a seguir nuestros pasos, olvidando que cada alma es diferente a las demás y que cada una "debe seguir los impulsos que emanan del espñiritu divino que en él reside y que por tanto, esta interpretación debe ser única y totalmente distinta de la filosofía de todos los demás seres humanos.1130"
yolanda silva solano