Jesús, muchas veces les dijo a sus discípulos que no era su deseo que se volvieran dogmatizados y estandarizados, según las interpretaciones religiosas de los hombres, aún cuando ellos fuesen buenos.
Libro de Urantia. Pág.1591
Esta cita la deberíamos tener a mano para recordarla a menudo, porque muchas veces en la medida que nos sentimos seguros de lo que imaginamos creer, también crece nuestra intolerancia hacia los que no piensan como nosotros, tanto en la religión como en la política, sin darnos cuenta que al hacerlo estamos contrariando los deseos de Jesús, porque él "sabía que cada hombre es distinto a los demás, por eso una y otra vez les dijo que no intentaran moldear a los demás según un modelo preestablecido. Lo que buscaba era que cada alma, pudiera desarrollarse a su propia manera como individuo distinto y en vías de perfeccionamiento ante Dios.1582"
Perfeccionamiento ante Dios, no ante los hombres, porque muchas veces nuestra vida espiritual responde a lo que los demás esperan de nosotros, guardamos las apariencias religiosas, cumplimos las metas que se nos imponen, pero no siempre nuestro ego está ajeno a estas prácticas. Cuando nos guía el Espíritu, nos esforzamos en ser mejores por amor a nuestro Padre, no importan tanto lo que hacemos, sino las intenciones y las motivaciones que lideran nuestros actos.
Debemos tener mucho cuidado para que nuestro celo religioso no se convierta en una exigencia hacia los demás, por ejemplo al dar a conocer el Libro de Urantia, no debemos imponer normas, como por ejemplo que se debe leer en forma sistematizada desde la página 1 a la 2097 porque lo más probable es que el lector novato no lo resista, lo digo por experiencia. Las tres primeras partes del Libro no son nada fácil de asimilar, por eso es mejor dejar que el Espíritu residente en cada ser humano vaya guiando al lector, de manera que poquito a poco sea capaz de comprender, porque no podemos olvidar que "la revelación dependerá siempre de la capacidad del hombre para recibirla.1007
"Tarde o temprano todos nos damos cuenta de que todo crecimiento de la criatura, es proporcional a la identificación con el Padre. Llegamos a la comprensión de que vivir la voluntad de Dios, es el pasaporte eterno a la posibilidad sin fin de la infinidad misma. Los mortales alguna vez entienden que el éxito en la exploración del Infinito es directamente proporcional al alcance de la semejanza con el Padre, y que en esta edad universal se revelarán las realidades del Padre, dentro de las cualidades de la divinidad. Y estas cualidades de la divinidad, pueden ser apropiadas en forma personal por parte de las criaturas del universo, mediante la experiencia de vivir divinamente, y que vivir divinamente significa realmente vivir la voluntad de Dios.1174" y esto es lo que realmente importa, porque ese deseo sincero de hacer la voluntad de nuestro Padre, es lo que nos permite llegar a la sobrevivencia eterna de una manera personalizada, en donde la experiencia reemplaza al dogma y la comprensión, a la fe ciega que no produce los frutos del espíritu.
"Cuando la fe de tu religión haya emancipado tu corazón, cuando la mente, como una montaña, esté establecida y sea inamovible, entonces la paz del alma fluirá tranquilamente como un río. Los que están seguros de la salvación estarán eternamente libres de la lujuria, la envidia, el odio y las ilusiones de la riqueza. Si bien la fe es la energía de la vida mejor, debes, empero, llevar a cabo tu propia salvación con perseverancia. Si quieres estar seguro de tu salvación final, asegúrate pues de que buscas sinceramente el cumplimiento de toda justicia. Cultiva la seguridad del corazón que surge desde adentro y ven de este modo a disfrutar el éxtasis de la salvación eterna.1447"
Recordemos que debemos desear a los otros, lo mismo que deseamos para nosotros, por tanto no seamos dogmáticos y respetemos el ritmo que cada individuo tiene para su propia evolución y cumplamos los deseos de Jesús, que nos pidió una y otra vez que "no estableciéramos credos ni tradiciones como medio de guiar y controlar a los creyentes del evangelio del Reino.1592
yolanda silva solano