La conciencia sin la enseñanza de la experiencia y sin la asistencia de la razón, no ha sido nunca, ni lo será, una guía segura ni menos infalible para la conducta humana.
Libro de Urantia.1005
La conciencia es acomodaticia, depende de la época y de las costumbres de la época, lo que ante podía causar un remordimiento de conciencia, hoy en día es mirado con total naturalidad, basta pensar en las modas femeninas cada vez más osadas y en los bailes de moda...por tanto "la conciencia no es una voz divina que habla al alma humana. Es solamente la suma total del contenido moral y ético de las costumbres, simplemente representa el ideal de reacción concebido por la humanidad ante un conjunto determinado de circunstancias.1005"
La conciencia para que tenga un valor de sobrevivencia, debe nacer no de las opiniones de los demás, sino de un convencimiento personal y luego de haber buscado la guía de nuestro Espíritu residente, porque es él quien nos permite una verdadera evaluación de nuestros sentimientos y acciones, porque "el hombre no podría amar en forma altruista, si no viviera en su mente un amante divino. No podría comprender verdaderamente la verdad del universo, si no viviera en su mente un intérprete, tampoco podría el hombre estimar los valores morales y reconocer los significados, si no existiera en su mente un evaluador.2094"
La conciencia requiere sin duda de un grado de despertar para que ella sea eficaz en nuestra evolución espiritual y que le permita elegir libremente entre el bien y el mal potencial. "El alcanzar la perfección de la moderación espiritual, equivale a la consumación de la libertad universal y de la libertad personal, pues la fe alimenta y mantiene el alma del hombre en medio de la confusión.1460" La conciencia no es sinónimo de represión, sino por el contrario, ella nos da la libertad para elegir, porque "el bien y el mal no son sino palabras que simbolizan niveles relativos de la comprensión humana.1457"
" La fe se vuelve la conexión entre la conciencia moral y el concepto espiritual de la realidad duradera. La religión se vuelve la avenida de escape del hombre de las limitaciones materiales del mundo temporal y natural, a las realidades excelsas del mundo eterno y espiritual mediante la técnica de la salvación y la transformación espiritual progresiva.1115" y personal, porque cada uno debe dar cuenta de sus propios actos sin culpar ni dejarse dominar por nadie.
La conciencia también puede inducirnos a grandes errores, sobre todo cuando a ella le damos la condición de "la voz de Dios" e ignoramos que "demasiado de lo que surge de los recuerdos a niveles inconscientes de la mente humana, se ha considerado erronéamente como revelación divina y guía espiritual. Existe un grave peligro asociado con la práctica habitual de los ensueños religiosos, porque el misticismo puede volvarse una técnica para evadir la realidad.1099" o para inflar nuestro ego y nuestras ansias de poder espiritual, cuando estas supuestas "revelaciones" se emplean para someter a otros, llegando a extremos insospechados y terriblemente negativos, como ocurre frecuentemente con las sectas religiosas.
"La conciencia espiritual esclarecida del hombre civilizado no se preocupa tanto por una creencia intelectual específica o por un modo particular de vida, como por descubrir la verdad del vivir, la técnica buena y justa de reaccionar a las situaciones constantemente recurrentes de la existencia mortal. La conciencia moral es tan sólo un nombre, aplicado al reconocimiento y conocimiento humano de aquellos valores éticos y espirituales emergentes y que el deber demanda que el hombre obedezca en el control y guía diarios de la conducta.1115
La religión nos ofrece por lo menos dos manifestaciones prácticas que nos ayudan al discernimiento de nuestra conciencia, que son:
1. El impulso espiritual y la presión filosófica de la religión. tienden a hacer que el hombre proyecte su estimación de los valores morales directamente hacia afuera, hacia los asuntos de sus semejantes, es la reacción ética de la religión.
2. La religión crea para la mente humana, una conciencia espiritualizada de la realidad divina, basada en conceptos antecedentes de valores morales y derivada por la fe de estos conceptos y coordinada con conceptos de los valores espirituales. La religión de esta manera se torna un censor de los asuntos mortales, una forma de fideicomiso moral glorificado y confianza en la realidad, las realidades enaltecidas del tiempo y las realidades más duraderas de la eternidad.1115
yolanda silva solano