De todo el que tenga un corazón hermoso.
Del que entienda que la libertad no se
pierde cuando se asumen compromisos.
Del que pueda repartir alegría sin quedarse triste.
Del que comprenda que la perfección no existe
aunque todo sea perfectible.
Que todos somos iguales.
Que nadie marca el tiempo.
Del que conozca que la paz está dentro de nosotros mismos.
- Del que sea capaz de mirarme a los ojos sin bajar su mirada.
Del que escuche en el silencio la voz de mi corazón.
Del que siempre tenga un propósito y un objetivo en la vida
Del que comparta lo que tenga con el necesitado.
Del que le guste bailar al son de los latidos del corazón.
Del que sea capaz de sonreir a la vida desde el amanecer
hasta que caigan las sombras de la noche
y aún dormido se dibuje una sonrisa en su rostro.
Del que ame la naturaleza, y sea capaz de cuidarla
y encontrar en cada trino, en cada flor la bondad del corazón.
Del que sepa tolerar al amigo.
Del que sea capaz de bajar las estrellas con su mente
y colocarlas en mis manos con sus propias manos.
Del que reparta abrazos, apretones de mano y sonrisas.
Del que tenga tanta fe que vea en mi la grandeza del
Creador y me valore por lo que soy.
Porque sé que muchos llenan esos requisitos,
por eso estoy otra vez enamorada de ellos,
los que permiten que todo gire mejor en esta tierra
que nos cobija, bajo este sol que nos alumbra.