LA MISION
Todos los seres en la humanidad hemos venido a realizar una misión, a adquirimos por nuestra inconciencia.
Para poder realizarlo tenemos dos caminos: despertar la conciencia consiente o el dolor. Para despertar la conciencia consciente debemos hacer una limpieza interna muy grande y vivir los diez mandamientos.
Esto significa vencer el medio ambiente, superar la influencia planetaria, si nos es adversa, cambiar nuestra educación y vencer el egoísmo y la ambición. Nos desenvolvemos en un plano materialista de ambiciones y deseos materiales de poseer bienes de fortuna para vivir mejor, según es el decir, pero eso es solo gratificar los sentidos y desviarnos del verdadero camino y, por lo tanto, nos llega el dolor para indicarnos nuestro error.
Nosotros hacemos caso omiso a este aviso y nos lamentamos de nuestra mala suerte. Si hacemos el camino así, no va estar cubierto de pétalos de rosas sino de rosas, pero de rosas con infinitas espinas que nos van a desgarrar hasta la ultima fibra del corazón para ver si despertamos a la luz de la verdad y cambiamos nuestro rumbo.
A esto se le llama enfermedad. Para superar esta etapa buscamos eternamente, en la medicina, el equilibrio que a veces nos da un respiro para que meditemos y cambiemos el rumbo, pero pocas veces lo hacemos y persistimos en nuestro deseo, poniendo mayor esfuerzo para conseguirlo haciendo caso omiso del aviso de la ley, con lo cual se acentúa el sufrimiento que llamamos muerte.
Es aquí donde tiene razón la parábola de los talentos porque, al pedirnos cuentas, no tenemos nada que entregar por que nada recogimos en el camino y debemos pagar por ello.
Sin embargo en la parábola del hijo prodigo esta la segunda parte por que los hermanos quedaron bajo el alero del padre por la comodidad de tenerlo todo y no carecer de nada y no lograron evolucionar conociendo “el bien y el mal”.
El hijo prodigo conoció la vida de los sentidos en toda su plenitud, igualmente la pobreza, y volvió al padre para pedirle le permitiera ser un obrero de su casa. Vivió la arrogancia de saberse poderoso económicamente, el desengaño de los que le acompañaban en sus orgías al abandonarlo cuando no le quedaron medios para seguir la vida de dilapidación de sus bienes, también vivió la vida del que recibe lo exiguo para subsistir y la desesperación de no recibir ni eso y verse desnudo de merecimientos y volver a su padre para pedirle que le permitiera trabajar como obrero para tener derecho a subsistir.
El padre se lo permite y hace una gran fiesta en su honor. Ha sido el guerrero que dio la batalla y vuelven su casa con todos los jirones y heridas, pero con humildad. Los hermanos no comprenden esto y le reclaman al padre diciéndole que ellos, que se han sacrificado, no han recibido nunca una fiesta de reconocimiento por su labor y el, que ha dilapidado su parte, es recibido como rey. Ellos están vegetando y no evolucionan. Es por eso que el maestro dijo que no quería a los tibios por que son los indolentes que no se esfuerzan por superarse en ningún sentido.
Yo quiero realizar mi misión para que pueda volver al padre con las manos llenas y no con las manos vacías...Luz interior.org
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