Me iré tan cerca
cercano a lo lejos
embalsamado de alma y materia…
Adiós silvestre pasado
-opaco maletero de espinas-,
quédate aquí
en la hiedra,
en la brea del camino,
del futuro incierto…
No más el recuerdo antiguo…
Me iré lejano,
me iré a lo nuevo…
Tomaré la mano agrietada de dudas
del destino que he soñado,
relativo en el idioma del sueño,
castaño y oprimido, he exagerado
en la neutralidad del pensamiento.
Y me iré…
cabalgando en una hoja
la vida…
danzada al viento.
Adiós aunque le duela
a la tela del papel,
a la letra perfecta.
Me iré tan cerca
cercano a lo lejos
embalsamado de alma y materia…
Gino Alexander Anaya