UN DIA EN VUESTRA VIDA
Vuestra vida se compone de muchos días. Para que cada uno de los días pueda ser vivido correctamente, y podáis obtener de él el máximo beneficio, es esencial que seáis conscientes de que cada día es un acto de la existencia espiritual. Conforme pasan los meses y los años, ¿qué es lo que hace que un día os parezca sobresaliente? ¿Cómo distinguís entre un día y otro? ¿Por qué recordáis un día y deseáis olvidar otro? ¿Cuando cada ma?ñana despertáis a un nuevo día, pensáis que vais a vivir ese día o simplemente que vais a existir? Desde luego, tenéis que comer y beber y que procuraros ropas y abrigo, pero eso son sólo los medios destinados a un fin: mantener el cuerpo físico en un estado equilibrado y saludable. Su único propósito es permitir al alma funcionar dentro del cuerpo para que pueda cumplir con el destino que eligió antes de encarnar en la materia física. Por tanto, el propósito de la vida, el propósito de despertar cada mañana, no es meramente la existencia, el comer y el beber, el preocuparse por los aspectos materiales de la vida o la sociedad: el propósito de la vida es el cumplimiento del destino espiritual de cada día
En la sociedad en que vivís hoy es fácil olvidar completamente para qué es el día. Los días se unen unos con otros. La vida se convierte en una lucha continua por vivir con las cosas materiales o por obtener más objetos. Deseáis comer al máximo, vivir en una casa soberbia, tener el último coche u obtener los placeres que creéis necesitar. Pero no es ése el propósito de un día. No encarnáis para llevar una vida de placer, lo que no quiere decir que tengáis que pasar sin él. Encarnáis para aprender las lecciones de este planeta. Ese es el motivo de vuestra existencia en la Tierra.