Tienes un tremendo trabajo por hacer.
Es el trabajo silencioso de crear amor en el mundo.
Es como la levadura en la masa, que obra sin que se note,
y sin embargo, sin ella el pan seria una masa dura.
Por tanto, ama a las almas con las que te encuentras, ama tu entorno
y ama a las almas que en apariencia son tus enemigas.
Hay mucha mayor gracia en amar a los aparentemente imposibles de amar
que en amar tan sólo a las almas que te aman a ti.
Siente la necesidad de amor que tienen todas las almas,
y déjate convertir en un canal para que el amor fluya satisfaciendo esa necesidad.
A medida que cada individuo aprenda a amar sin buscar recompensa,
el peso del mundo se aligerará,
pues el amor lleva un elemento de liviandad allí donde había peso y oscuridad.
El amor empieza en cada individuo, por eso mira en tu propio corazón y manifiéstalo.
Ofrécelo libremente y con auténtica alegría.