TODOS SOMOS EL. SOLO FALTA QUE, CON NUESTRA VOLUNTAD Y ENTREGA INCONDICIONAL, DEJEMOS CAER EL TRAJE DE NUESTRA PERSONALIDAD, TAN SUTILMENTE PEGADO AL ALMA, PARA QUE EL...PUEDA MANIFESTARSE CON TODO SU ESPLENDOR. DEJEMOS QUE EL TRAJE QUEDE CLAVADO EN LA CRUZ DEL MUNDO MATERIAL, Y PERMITAMOS A NUESTRO CORAZÓN QUE RENAZCA CON SU PROPIA IDENTIDAD. ¡¡EL AMOR!!
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