Se suele hablar mucho de otras dimensiones, de planos superiores de conciencia, de ascensión, de hermanos mayores, del YO SOY y tantas otras cosas, pero que a menudo no son mas que estrategias de nuestro ego y que le vienen como anillo al dedo para creernos diferentes, iluminados y hasta elegidos.
Pero se nos olvida algo...
Se nos olvida lo que representa el niño herido que todos llevamos dentro y mientras no seamos capaces de sanar y transmutar ese niño herido y convertirlo en el niño dios, todo eso estará fuera de nuestro alcance.
Mientras ese niño siga abandonado, arrinconado, olvidado, mientras no seamos capaces de ofrecerle lo mejor de lo mejor de nosotros mismos, lo mas sagrado de cuanto tenemos, de ofrecerle absolutamente todo.
Hasta entonces nunca podremos recibir lo mejor de lo mejor ni lo mas sagrado de la vida ni de Dios mismo, porque si ese niño no merece lo mejor de nosotros, nosotros tampoco somos merecederos de mas...
Porque ese niño somos nosotros mismos y lo otro.... tambien.
Solo entonces los tres serán uno solo.
Un fraternal abrazo